HUATABAMPO.- Una gran sorpresa se llevaron los fieles que asistieron a la misa de 12:00 este domingo en la modesta Capilla de Guadalupe, ubicada en la colonia 14.
Cuando la misa iba a iniciar entraron al templo dos sacerdotes; uno, el párroco Víctor Quezada, ya conocido por todos, y el otro, casi deconocido aunque su cara parecía familiar, de ésas que uno se pregunta ¿dónde lo he visto antes?
La respuesta no tardó en llegar cuando Quezada presentó a su acompañante: Se trataba del excardenal Juan Sandoval Íñiguez, el sacerdote que levantó polémica hace algunos años por sus agresivas declaraciones contra los homosexuales. ¿Quién era él para no juzgarlos?
Ahora estaba aquí en una populosa colonia, la 14, tan modesta como la parroquia donde oficiaba la misa. Llegó sin hacer ruido, nada de prensa ni de anuncios previos de su visita.
Vino sólo para acompañar a su amigo, el sacerdote Quezada, y convivir como lo han hecho desde hace muchos años, en franca camaradería y sin solemnidades para quien fue hasta hace poco uno de los clérigos más poderosos del catolicismo mexicano.
Así ofició la misa, con la misma sencillez con la que llegó y salió del templo, después de saludar a los cuatro o cinco fieles que se acercaron a saludarlo. Y se fue, seguido por su amigo y los asistentes que lo acompañaban