Educación, becas y riesgos
Humberto Musacchio
Domingo 07 de Octubre de 2007
Ya escribí acerca de las apreciaciones de la OCDE sobre el estado de la educación en México y señalé que algún subsecretario declaró que el Estado no renunciará a brindar educación gratuita en el nivel medio superior, pero dejó abierta la puerta para imponer cuotas en la educación superior, lo que —dije— augura grandes conflictos sociales.

Al respecto, me escribe el subsecretario Rodolfo Tuirán, por quien tengo un profundo respeto, el mismo que me obliga a expresar con toda claridad mis discrepancias.
Dice el doctor Tuirán que la SEP impulsa actualmente un programa que dará becas a 290 mil estudiantes “en situación de pobreza” e igualmente informa que se están mejorando los procedimientos para controlar la proliferación de las llamadas universidades “patito”, lo que me parece indudablemente plausible.

Sin embargo, en otra parte señala que más adelante agrega que se está promoviendo un “sistema de créditos estudiantiles” para realizar estudios profesionales “con recursos privados y la participación de las Sofoles, “dirigido a estudiantes de escuelas públicas y privadas con ingresos familiares iguales o superiores al quinto decil” y agrega que tales créditos “serían para pagar manutención y/o colegiaturas”.

Para quienes estudian en instituciones privadas, precisa el doctor Tuirán, “sería un asunto entre particulares en el que el gobierno no tendría por qué intervenir”, aunque cabría que la SEP recomendara programas de buena calidad e incluso con estudiantes de instituciones públicas que tengan niveles de ingresos elevados.

Si el apoyo es de origen privado para estudiantes de escuelas particulares, en efecto, resultaría ocioso que interviniera la SEP.
Lo riesgoso, insisto, es un sistema de créditos que beneficiaría a estudiantes de familias con ingresos elevados o a los de hogares con ingresos cercanos a la línea de pobreza y que deje fuera a quienes están por debajo de esa misma línea, que son los más necesitados.

Desde hace medio siglo, el investigador estadounidense Michael Harrington demostró que los sistemas asistenciales tienden a marginar a los sectores situados en la parte más baja de la escala social, entre otras cosas porque ni siquiera sabe que tienen derecho a becas y otras ayudas.

Por otra parte, mientras más diferenciados y condicionados son tales sistemas, la marginación de los estratos de menores ingresos tiende a ser más evidente. Esas son mis preocupaciones.
 
 

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