El affaire que protagonizan Grupo Larsa y el PAN Sonora, ocurre precisamente en esta semana que se cumplieron 3 años del incidente en la Ibero del DF, 11 de mayo del 2012, donde el entonces candidato Enrique Peña Nieto fue repudiado por los estudiantes y éstos acusados de “porros” por la dirigencia nacional del PRI, lo cual desencadenó en el surgimiento del Movimiento 132.
Y hago mención del incidente porque el movimiento estudiantil se dio principalmente para buscar la equidad informativa en los medios y que si bien en su momento “caló” el tema en la opinión pública, resulta que muy poco se ha avanzado y la audiencia sigue a expensas de los convenios publicitarios, muchos pagados con recursos públicos, que influyen en la cobertura y línea editorial del medio de comunicación.
No estoy diciendo nada nuevo, pero sorprende que los panistas en el poder demanden equidad informativa de un grupo radiofónico privado y aunque están en su derecho, llama la atención que no lo hagan para que esa equidad también sea realidad en medios públicos como Telemax y Radio Sonora, máxime si se financian con los recursos del contribuyente, simpatizante o no de partidos.
Por su parte, Grupo Larsa alega que se trata de un acto de censura que atenta a su libertad de expresión. Pudiera ser y aunque no es la manera mejor para dirimir diferencias, ¿dónde dice que por ejercer el periodismo estamos exentos de una demanda? Sin haber leído la demanda en cuestión, al menos en los informativos si se observa un favoritismo hacia el PRI.
Es muy evidente en el noticiero estatal, que escucho todas las mañanas, cómo se resaltan las notas a favor delos candidatos del tricolor y cómo se desestima o cuestiona sólo lo de los panistas, pero algo muy similar pasa en los medios de gobierno, que en programas como “Chacoteando la noticia”, traen de “bajada” a la candidata priista y se hace una cobertura muy sesgada a favor de Gándara Magaña.
El pleito entre Larsa y el Nuevo Sonora no es nuevo, ocurrieron varios episodios antes de llegar a la demanda, pero sí es importante subrayar que este Grupo pasó, de ser de uno de los pocos aliados en la campaña de Guillermo Padrés en 2009, a un crítico acérrimo del gobierno del cananense, pero no meramente por un ejercicio de libertad de expresión sino por compromisos no saldados.
Y para presionar vino el reportaje Asalto a la educación en Sonora (http://www.sonorasi.com/2014/07/asalto-a-la-educacion-en-sonora/) en julio del 2014 que “descobijó” la Transformación Educativa y la respuesta de Guillermo Padrés fue cerrar temporalmente un casino propiedad del concesionario, con argumentos pueriles, tras una revisión de las autoridades de Protección Civil.
Es obvio que la demanda panista tiene un olor a “venganza” gubernamental, máxime si Grupo Larsa se alió con el enemigo. De ahí que si los panistas pelean la equidad informativa, que pongan el ejemplo en los medios como Telemax y Radio Sonora y que promuevan la cláusula de conciencia, que no obligue a los compañeros a practicar un periodismo militante cada 6 años.
Mi solidaridad con los compañeros estos medios (públicos y privados) que dignifican el oficio con su profesionalismo, pese a los vaivenes de la política y los “bandazos” editoriales de sus dueños, pero sobre todo mi solidaridad con la audiencia, ésa que está a la espera de un periodismo más allá de filias y fobias, que haga posible y no le “regatee” más el derecho a la información. Es Cuanto.