Dicen que la pareja perfecta no existe, pero todos y todas la buscamos… e incluso hay quienes sí la encuentran.
¿Cuáles son los detalles que deben tomarse en cuenta para saber si esa otra persona que hemos conocido y nos atrae, de la que ya casi estamos enamorados, puede ser nuestra pareja ideal?
Laura Dawn Lewis, directora ejecutiva de Couple Company, afirma que existen ocho etapas o aspectos básicos en cualquier relación amorosa que uno debe revisar para saber si hemos encontrado la mitad que nos falta para estar completos:
1. Atracción física. Es la puerta de toda relación. Sin embargo, ésta no se limita sólo a la apariencia física. Según la escritora, también nos tiene que gustar la forma en que la persona piensa, conversa, actúa y trata a los demás.
2. Compatibilidad. Es el segundo aspecto de una relación y es lo que nos lleva a decidir si seguimos o no en ella.
¿Qué puntos debemos tener en cuenta para saber si vamos a vivir con la persona por muchos años y tener la misma sinfonía? Dawn Lewis señala: "Desde el principio debemos ver, por ejemplo, si nos gusta la misma música, ropa, comida, arte, muebles y demás componentes de la vida diaria".
3. Compenetración recreativa. Tener los mismos pasatiempos y disfrutar o practicar los mismos deportes son otros de los aspectos a observar. Según la experta, cuando la pareja disfruta actividades en común —como ir al cine, escalar montañas o ir de compras—, la relación se solidifica con facilidad.
Sin embargo, cada miembro de la pareja debe tener su propio espacio de actividades. "Esto ayuda a mantener la identidad de cada persona y a descansar mutuamente el uno del otro".
4. Compenetración intelectual. La intimidad intelectual es otro de los aspectos primordiales en las relaciones duraderas. Según Dawn Lewis, este aspecto se percibe a través de las opiniones, creencias, valores, puntos de vista y forma en que la persona con quien estamos saliendo ve la vida.
En este aspecto hay que tener también en cuenta si la persona tiene prejuicios raciales o religiosos.
5. Compenetración espiritual. Cuando se alcanza una compenetración espiritual, realmente las dos personas comparten su existencia, metas, valores éticos y morales. De acuerdo con la escritora, la mayoría de las parejas fracasa porque nunca alcanza esta etapa.
Este nivel se logra —dice la experta— cuando cada individuo resuelve su propia identidad (es decir, se libera de sus problemas existenciales, económicos, adicciones, etc.) y de forma natural entra a formar parte de una identidad común: nosotros
6. Compenetración emocional. Es algo difícil de lograr, porque "son pocas las personas que llegan a aceptar" a su pareja como es: una persona con defectos y cualidades.
Cuando esta etapa está presente en la pareja, cada integrante se siente confortable, confiable y seguro de comunicar y manifestar sus sentimientos de alegrías, tristezas, mal genio, secretos, sensualidad y deseo sexual.
7. Compenetración sexual. Debe estar siempre en el séptimo lugar. Pero, según dice Dawn Lewis, la mayoría de las parejas pasa directamente de la primera, segunda o tercera etapa a la intimidad sexual.
"No es raro que esto suceda en una relación de personas adultas, particularmente cuando se busca algo pasajero o una relación de amantes", afirma la experta. "Es común también porque muchos hombres y mujeres no saben cómo entablar una relación amorosa sin que haya sexo… por esto, muchas de las relaciones no duran".
8. Amor incondicional. Se alcanza cuando nuestros sentimientos no cambian con las circunstancias o defectos de nuestro compañero. "En esta etapa damos y nos entregamos sin esperar nada a cambio".
Laura Dawn Lewis afirma que antes de seguir con una relación amorosa uno tiene que hacerse estas preguntas básicas:
- ¿Me gusta cómo luce, viste, huele o habla la persona con quien salgo?
- ¿Me siento orgullosa cuándo estoy junto a él (o ella)?
- ¿Disfruto los momentos cuando estamos juntos?
- ¿Cuándo lo veo, pienso en él (o ella), o veo su imagen en una fotografía se me vienen a la mente pensamientos y sentimientos positivos?
A tener en cuenta…
En el amor incondicional no existe ningún tipo de sacrificio. Nuestros valores éticos y morales deben permanecer intactos. Ninguno de los integrantes de la pareja debe de sufrir ni anular su identidad. Si este caso se presenta, la relación no es sana.
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