El libro de Vicente Fox
Jorge Zepeda Patterson
Domingo 14 de Octubre de 2007
La dedicatoria lo dice to-do: To the people of Mexico, with love. Un pensamiento admirable y enternecedor de parte del ex presidente Vicente Fox, salvo por el hecho de que esa primera línea y las 375 páginas que le siguen están en inglés, un idioma que no podrá leer la gran mayoría de las personas a las que supuestamente está dedicado este libro.

Este hecho confirma, como pocos, un rasgo revelador de Vicente Fox: nunca entendió cabalmente el privilegio que significó haber sido presidente de más de 100 millones de mexicanos y los compromisos que esa responsabilidad entraña no sólo durante los seis años de su mandato, sino también en su calidad de ex presidente. El libro de un ex mandatario constituye siempre un argumento político (un statement, diría Fox), particularmente si son memorias relativas a su gestión, justo al concluirlo. Todo indica que Fox no está pensado en los mexicanos que lo eligieron en 2000 y lo disfrutaron o padecieron a lo largo de seis años, sino en el público estadounidense que le pagará sus giras y conferencias en los años por venir.

Pero si se equivocó en lo del idioma, también se equivocó en la dedicatoria. A juzgar por el contenido, habría sido más exacta una que rezara algo así como: “Dedico ese libro a toda la humanidad, excepto a Andrés Manuel López Obrador”. O de plano: “A Marta, con amor”. En el libro, Fox relata que se hicieron pareja en secreto, años antes de llegar a la Presidencia, durante un viaje a Buenos Aires. Páginas más adelante describirá la manera en que luego de pensarlo durante la noche, en la víspera de su cumpleaños, Fox se hincó al lado de la cama y le pidió a Marta que se convirtiera en su esposa ese mismo día (para mayor abundancia sobre este tema puede verse el programa Código 2007 este domingo, por la noche, en canal Proyecto 40).

Las menciones de López Obrador casi son tantas como las que hace de la ex primera dama. Entre otras cosas a él atribuye la campaña de linchamiento en contra de Marta por las supuestas pretensiones presidenciales de su consorte (las cuales nunca fueron reales, en su opinión: “Habría sido absurdo entregarle la Presidencia”). Pero sí que resintió las críticas en contra de su mujer. “Yo no sólo era presidente, sino también un hombre y un esposo”, afirma. Quizá por ello su obsesión con El Peje. El autor describe en tres páginas el tema del desafuero y concluye que tomó la decisión más conveniente para la democracia: meter a López Obrador en la cárcel y convertirlo en un mártir habría sido un enorme error.

Pero su interés por la democracia se desinfla una vez que aborda el tema de las elecciones. Fox se queja de que la ley le impedía participar en el proceso electoral incluso a grados ridículos. “Ni siquiera podía ventilar los logros de mi gobierno”. Reconoce con molestia que en algún punto, el IFE le exigió abstenerse, pero se ufana que de cualquier manera consiguió revertir sus niveles de aprobación, que habían caído después del desafuero, y levantarlos considerablemente. “Eso, los errores de López Obrador al atacarme, y los aciertos de Calderón, definieron el resultado”.

Hay pocas sorpresas en el libro, salvo las que derivan de ciertos pasajes candorosos de parte del ex presidente; “Lilián me dejó por otro hombre”, afirma en algún momento; o su devoción a los cuentos de Memín Pinguín como argumento para mostrar su carencia de prejuicios en contra de los negros, luego del escándalo generado por su afirmación de que nuestros compatriotas hacen los trabajos que ni los negros harían en Estados Unidos. “Mi propensión a los excesos verbales”, a veces me mete en problemas, confiesa en otro pasaje.

The Revolution of hope (título pirateado de un libro de Eric Fromm) es en esencia una larga visita a Foxilandia. El ex presidente, con ayuda del coautor Rob Allyn, construye la biografía de una especie de Mandela latinoamericano, quien ha dedicado su vida a luchar contra la tiranía. Y si bien no logrará convencer a nadie que no viva en el rancho San Cristóbal, es un libro que despertará el interés del lector atento.

Es curioso que esta edición en inglés haya sido lanzada por la editorial Viking Penguin, que pertenece a Pearson, un grupo mediático propietario, entre otras cosas, del Financial Times, el respetado periódico inglés en el que se publicó un largo reportaje sobre los abusos de la fundación Vamos México, a mediados del sexenio de Fox.

Se sabe que la editorial estadounidense intentó vender los derechos para su publicación en México, en nombre del autor. Creyendo que habría una verdadera disputa por quedarse con las memorias del ex presidente, los estadounidenses solicitaron cantidades importantes en calidad de anticipo. Para su sorpresa, varias editoriales en el país rechazaron el ofrecimiento, por considerar que carecía de suficiente interés para los lectores. Al final, un ejecutivo de una de las principales editoriales del país asegura que los representantes de Fox imploraban el pago al menos de 10 mil dólares, para no regresarse con las manos vacías y, pese a todo, el libro fue rechazado.

Finalmente, se ha sabido que el texto será publicado, con modificaciones, por la editorial Aguilar, perteneciente a Santillana, del grupo español Prisa. A riesgo de ser mal pensados, es imposible olvidar que este grupo fue criticado en el ambiente de la industria editorial por recibir los contratos más abultados durante el sexenio pasado. Tampoco se puede ignorar que tan pronto como se anunció el triunfo de Felipe Calderón, Santillana fichó a su cuñado, Juan Ignacio Zavala, para ocupar un alto cargo ejecutivo.

En resumen, el libro de Fox es un texto huérfano de ideas o elaboraciones profundas. La verificación absoluta de que su autor no es un estadista. Eso sí, nadie puede acusarlo de ser aburrido. Esperemos que la versión en español mantenga los pasajes candorosos y nos ahorre las autoproclamas heroicas.

www.jorgezepeda.net
Economista y sociólogo
 
 

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