Crecen las dudas sobre versión oficial
SDP / Reporte Indigo
Lunes 13 de Julio de 2015

CD. DE MÉXICO.- La versión del gobierno federal sobre la fuga de Joaquín Guzmán Loera a través de un túnel de mil 500 metros de longitud ha generado dudas entre expertos en ingeniería y seguridad.

El ingeniero civil Mauricio Flores afirmó que la construcción de un túnel con las características señaladas por las autoridades en el escape de "El Chapo"  es factible, pero imposible en las condiciones de seguridad de un penal federal como el del Altiplano.

Flores, quien ha trabajado en obras como el Metro y el levantamiento de prisiones en el estado de Tamaulipas, dijo que para una obra como la señalada por el gobierno, se requieren cerca de 24 trabajadores, planos de seguridad y maquinaria especializada dentro y fuera del penal.

"Trabajos incesantes, estar abajo en un túnel, es sumamente cansado, por más que tengan herramientas hay que ir haciendo una cobertura, para que no se les venga el material. Descansos paulatinos, se debió haber notado una cantidad exorbitante de gente trabjando ahí", dijo el especialista radicado en Monterrey.

El comisionado de Seguridad Monte Alejandro Rubido informó que el túnel se construyó desde un predio en los alrededores del penal a 10 metros de la superficie y con una extensión de mil 500 metros hasta la zona de regaderas en la celda Joaquín Guzmán Loera.

Para el ingeniero, la obra pudo haberse terminado antes de 1 año, pero con un ingenieros expertos trabajando en la zona y planos del penal para librar las muros subterráneos del centro penitenciario.

"La altura de los 10 metros es correcta, y los muros son 60 centímetros de espesor por 8 metros de profundidad. Pero de ahí a perforar un muro de concreto armado en la regadera, forzosamente se requirieron herramientas; aparte según entiendo tienen censores esos muros", dijo Flores.

De acuerdo con el experto, el principal problema en la versión oficial es la imposibilidad de accesar hasta la zona de regaderas de la prisión.

sdpnoticias.com

 

Los tiempos no cuadran

Los tiempos establecidos en el parte oficial de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) donde se informa de la fuga de Joaquín Guzmán, no empatan con los manejados al interior de la cárcel federal para el movimiento de internos.

La CNS informó que se perdió el contacto visual con “El Chapo” a las 20:52 horas, pero de acuerdo al protocolo del Cefereso I, no puede haber internos fuera de su celda después de las 18:00.

El sábado, las actividades al interior del Cefereso del Altiplano concluyeron en punto de las 18:00 horas. El calendario marcó dos horas de deportes. Como el sábado las salidas al patio son optativas, “El Chapo” Guzmán pudo haber decidido permanecer en su celda de donde fue trasladado al área de custodia.

De acuerdo al protocolo, el sábado se autorizó que los internos se bañaran en dos tandas: la primera a las 13:00 horas, y la segunda a las 18:00 horas. Ningún preso tenía la autorización para estar en el área de regaderas después de las 19:00 horas. Mucho menos a las 20:52 cuando fue la última vez que la CNS dice haber sabido de “El Chapo”.

Otra inconsistencia entre los declarado por el Gobierno Federal y lo que pudo haber sucedido al interior de la cárcel es la presencia de Guzmán sin vigilancia en el área de regaderas. El protocolo al interior de los Ceferesos establece que ningún reo se puede mover fuera de su estancia sin la supervisión del personal de seguridad.

Guzmán, en su condición de reo de alta peligrosidad, siempre era trasladado bajo la vigilancia de cinco personas: dos custodios, un comandante de compañía, un funcionario del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, así como un representante de la dirección del órgano desconcentrado, prevención y readaptación social de la Secretaría de Gobernación.

Para todos los criminales de alta peligrosidad, el sistema penitenciario federal establece medidas adicionales de vigilancia, como el pase doble de lista, observación constante de movimientos a través del sistema de cámaras de seguridad, grabación de conversaciones en visitas íntimas, familiares y de abogados, así como registro puntual de las comunicaciones telefónicas o por correspondencia.

La PGR estima que el centro de comando del Cefereso de Almoloya no estaba en condiciones de perder de vista las actividades de “El Chapo”. Su último pase de lista fue 20 minutos antes de las 18:00 horas, cuando frente a su celda, la número 20, se presentaron tres funcionarios -uno del Cisen, otro de vigilancia y custodia y un comandante de compañía- que dieron cuenta de la presencia física del jefe del cártel del Pacifico.

Pese al comunicado de la CNS, la PGR tiene elementos que dan cuenta de la presencia de “El Chapo” en el interior su celda al filo de las 17:40 horas. Las únicas razones por las que el narcotraficante pudo haber salido es el requerimiento del servicio médico o la solicitud programada para realizar una llamada telefónica familiar. Nunca para asistir al área de regaderas solo.

Información de Reporte Índigo

 
 

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