Cuando se dio a conocer que la campeona olímpica mexicana Soraya Jiménez se encontraba enferma, una sospecha inmediata fue el dopaje como la causa de dicha enfermedad.
A Soraya, dijo un experto, la entrenaron los búlgaros un mes antes de las Olimpiadas para que limpiara cualquier rastro de doping en su sangre.
Los búlgaros son expertos, los mejores del mundo en esto de dopar y desaparecer las sustancias antes de una competencia.
A tal grado ha llegado su maestría en este terreno, que todos los ojos del deporte mundial permanecen siempre atentos para ver qué están haciendo los búlgaros en este momento.
Y Soraya pasó por Bulgaria antes de las Olimpiadas, insistían los rumores. Pero la pesista mexicana sigue siendo inocente de eso que la acusan. Lo importante en este caso fue la reacción de quienes sin pensarlo dos veces enfocaron su sospecha hacia las autoridades deportivas búlgaras
Una vez que se conoció las “limpias” búlgaras antes de las competencias, algunas federaciones internacionales propusieron mantener un control permanente del dopaje. Para ello, se examinaría por sorpresa a los atletas más destacados de cada disciplina, sin importar si están a punto de participar en un torneo o no.
En el aeropuerto, en su casa o en la cancha de entrenamiento, cada atleta deberá aceptar que se le tome la muestra del antidoping.
Quizá por eso hoy causó gran sorpresa que haya sido la misma Federación Búlgara de Atletismo la que anunciara la suspensión de una de sus atletas, Teodora Kolarova, al confirmarse su positivo por esteroides anabolizantes.
¿Acaso pretenden lavarse las manos o dar muestras de inocencia? ¿Quién cree en la inocencia de los directivos del deporte búlgaro?, se preguntan los expertos.
Kolarova, especialista en pruebas de media distancia, como los 800 metros, dio positivo en un control antidopaje realizado el pasado 26 de junio tras una competición disputada en esta capital.
El presidente de la Federación Búlgara de Atletismo, Dobromir Karamarinov, dio a conocer este día que la deportista de 23 años de edad tendrá que pagar un castigo de inhabilitación.
"Hemos decidido suspender a Kolarova por dos años, una vez que los tests oportunos han confirmado el positivo de testosterona que dio en junio pasado", dijo el directivo.
A pesar de que la corredora, sexta en los 800 metros del Campeonato Europeo de Gotemburgo 2006, negó el positivo, tanto la prueba A como la B confirmaron el consumo de sustancias prohibidas.
Además de Kolarova, sus compatriotas Vania Stambolova, especialista en los 400 metros, y Venelina Veneva, en salto de altura, también han sido suspendidas este año por dopaje. Las tres son entrenadas por Gueorgui Dimitrov.
En otras palabras, tal parece que los búlgaros tratan de adelantarse a una reprimenda internacional por su depurada técnica para ocultar el dopaje.
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