Han pasado escasos quince días del nuevo gobierno municipal y algunos asuntos le comenzaron a explotar como palomitas y con una lenta operación, que pareciera que en la secretaría del Ayuntamiento continúa Antonio Alvídrez  Labrado, cuya profesión es médico traumatólogo, aunque en los corrillos políticos se decía con sorna, que más bien era especialista en medicina interna, por aquello de que programan, pero no operan.

Los asuntos se acumulan en el escritorio de Armando Alcalá Alcaraz desde el primer día que asumió la encomienda: el caso del regidor étnico, conflicto de Mercajeme, subestación en las Haciendas, más lo que se sume con la designación de los nuevos comisarios, mientras otros personajes comienzan a “ganarle la agenda” hasta al mismo presidente municipal, pese a no ostentar un cargo público.

Tal es el caso de vecinos de las Haciendas que protestan porque la CFE intenta poner una subestación, donde el empresario Rodrigo Bours Castelo dio la cara a los quejosos antes que el gobierno municipal.  Claro también lo hizo porque está involucrado un negocio familiar, pero se le reconoce que “le entró al toro”, más si ello le ayuda, desde ya, a revivir su lucha política electoral.

La atención de la autoridad ante el conflicto, que debió de preverse y desactivarse a tiempo, validó al empresario constructor en un interlocutor no solo ante a los mismos vecinos sino ante las demás autoridades involucradas, tanto que ya gestionó reunión con las dependencias federales para buscar un arreglo, pero al mismo tiempo lo convirtió en un regidor de facto, el número 22 del Cabildo de Cajeme.

Vamos a ver si esta reaparición de Rodrigo Bours es ocasional, lo que no cabe duda es que será aprovechado, sobre todo ahora que andan de moda los “independientes”, pero más allá de eso que tampoco es condenable, lo que los ciudadanos buscan de todo gobierno son funcionarios que funcionen y no un rosario de pretextos, estilo del que abusó el ex alcalde Rogelio Díaz Brown.

En su toma de posesión, el alcalde Faustino Félix Chávez convocó a los cajemenses a exigir, pero también a participar en la solución de los problemas. Los vecinos de las Haciendas le tomaron la palabra y el empresario se subió en la ola. Ahora falta que la autoridad haga su parte o “se ponga las pilas”,  como lo conminara el comediante Carlos Bardelli en el NHuevos Retos, frase recurrente del mandatario municipal en sus conversaciones.

Por lo pronto, el empresario constructor les ganó el arranque en el taste. ¿Será la constante del trienio?