Cae la noche y la oscuridad envuelve el amplio camellón del bulevar Ramírez.
Lo que hasta hace unos minutos era un área agradable para las personas que aquí hacen ejercicios, caminan o corren cotidianamente, se convierte de repente en un espacio peligroso, lleno de penumbras donde un asaltante puede sorprendernos detrás de un árbol.
Esa ingrata experiencia la han vivido ya muchas personas, de manera más frecuente en los meses recientes cuando la delincuencia se ha disparado en el Municipio de Cajeme.
Abundan reportes de robo e incluso se han cometido delitos mayores con ataques físicos a personas. Hace poco a un joven que tranquilamente caminaba por ese lugar tres cholos lo asaltaron y golpearon salvajemente.
En esta época del año, cuando la noche empieza a las 6:00 de la tarde, los riesgos se incrementan.
Pero el bulevar no deja de ser, aún con la oscuridad de su camellón, el sitio favorito de quienes acuden allí para realizar ejercicios o simplemente para platicar mientras llega la hora de entrar a uno de los gyms que se encuentran en esta calle.
Es necesario que las autoridades "se pongan las pilas", que arreglen las lámparas descompuestas del alumbrado público e instalen otras, tal vez en el interior del camellón, entre los frondosos árboles, más focos que garanticen una mayor seguridad para los usuarios de esta área.
La ciudadanía se lo merece.