Hay eventos en la vida cultural de las ciudades que son punto de inflexión y el concierto "L´arte del violino" presentado el miércoles por la Orquesta Sonora Barroca bajo la dirección de Ariel Guerrero, será uno de ellos.
Hace quince años conocí a Ariel, él entonces formaba parte del grupo Achai y ofrecía clases de violín. En ese entonces si querías estudiar música en serio era un poco más complicado que hoy. No había bibliografía, partituras ni discos en venta en la ciudad y la internet era una novedad lentísima y sin YouTube.
No era fácil encontrar a alguien que te informara y guiara para poder ingresar al nivel profesional en alguna de las escuelas o conservatorios. Ariel estaba en ello y yo también, así que fui a buscarlo. Cuando entré a la sala de ensayos al verlo estudiar me quedó claro que sus aspiraciones artísticas estaban lejos de lo usual pues observaba con detenimiento los videos de grandes violinistas del recién estrenado documental “El arte del violín”, una rareza en estas tierras.
Nos fuimos a estudiar, pasaron algunos años y después nos reencontramos en Obregón. Ambos teníamos la idea de que era importante lo que podíamos hacer al tocar la música que nos gustaba aquí, una música para escucharse, para ser apreciada y no para hacer show, bailar o servir de fondo para un evento social.
Así que colaboramos en algunas ocasiones invitando a algunos amigos también músicos. Éramos los productores, organizadores, vendedores y ejecutantes. No nos iba para nada mal pero nos quedaba la sensación de que lo que hacíamos era para más.
Luego Ariel se fue a estudiar la maestría en violín barroco a Italia. Él encontró gran afinidad con la música barroca que con el nuevo enfoque suena revitalizada al ganar en flexibilidad, dar mayores libertades al intérprete y usar instrumentos de época.
Aún estudiando y trabajando en orquestas en Italia, Ariel hablaba de regresar para formar una por acá. No dejaba de pensar en cómo contribuir en el enriquecimiento cultural de Sonora y cada vez que tenía oportunidad de venir organizaba al menos un concierto logrando conjuntar una notable cantidad de músicos.
Descubrir tal cantidad de ellos y estudiantes de nivel superior en música fue impactante, revelador. Fue en una de sus vueltas que conjuntó para un programa íntegro de música barroca y la agrupación se presentó como la Orquesta Sonora Barroca (OSB).
En diciembre Ariel regresó y me invitó a participar en la OSB para un programa titulado “Navidad en el Nuevo Mundo” el cual fusionaba lo europeo y lo latinoamericano desde la instrumentación ya que, entre violines, chelo y contrabajo también sonaban la vihuela, la guitarra y el cuatro generándose una sonoridad muy especial. En el programa también tenían protagonismo las voces, participó el ensamble vocal Canticorum el cual se amplió al incluir voces femeninas. Ariel hizo los arreglos, ensayó y dirigió a la orquesta y al coro. Intensos, minuciosos y apurados fueron los ensayos pues el programa se montó en apenas unos días.
No éramos una orquesta profesional pero lo asumimos como tal. Luego de dos presentaciones en Obregón sugerí una en Álamos y finalmente ésta se concretó el 7 de enero en el interior del Templo. Un público asistente asiduo a conciertos del Festival Alfonso Ortiz Tirado estuvo presente y no se guardó elogios.
En septiembre volvió a sonar la OSB junto con Canticorum, abordando esta vez un repertorio de cantos y danzas del Perú colonial, obras que forman parte del Codex de Indias. De nuevo un repertorio muy poco abordado en México, piezas de estreno en Sonora.
Sorpresa y encanto manifestó el público que de entrada no sabía qué esperar ante un programa así y que de pronto se encuentra con la belleza de la música barroca latinoamericana tan vinculada a la música folclórica de los pueblos de América. Algo que enriquece las presentaciones de la OSB es que Ariel nos habla de las piezas, su contexto, los compositores, el estilo y los instrumentos.
El proyecto OSB de Ariel va en serio y en el evento del pasado miércoles, “L´arte del violino”, con música de Vivalid y Corelli fue evidente. Para este concierto invitó a dos solistas, al cajemense Heriberto Delgado, quien también es maestro de violín barroco y colaborador en diferentes prestigiosos ensambles de Italia y de México; y a Nicholas Robinson, concertino y solista de algunas de las agrupaciones de música antigua más importantes de Europa, entre ellas el Cafe Zimmermann. Para completar la hazaña, hubo una viola da gamba y un clavecín traídos de Guadalajara, dos instrumentos que sonaron por vez primera en estas tierras.
Este evento causó gran expectativa en la ciudad y para lograrlo Ariel integró un equipo de trabajo gestor que logró articular esfuerzos entre particulares, instituciones y gobierno. Un equipo conformado por Jannine Manz como coordinadora (ella participó como cantante en los programas de Navidad y Codex de Indias), Lilia Ronquillo en relaciones públicas y Erika Tamaura como consultora. El apoyo fue del Ayuntamiento de Cajeme, el ITSON, Cultural Jikau A.C., Juan Manz y las familias Bours Miranda, Gutiérrez Bours y Manz Moreno.
¿El resultado? Espléndido. Un concierto en el más cabal de los sentidos.
¿Qué sigue? Presentaciones en diciembre y para el próximo año además de más conciertos Ariel proyecta el primer festival de música antigua del noroeste.
Estudio, curiosidad, visión, innovación, arrojo, sensibilidad, persistencia, generosidad y calidad además de habilidades para la integración y vinculación, son algunas de las virtudes que Ariel posee, haciendo de la OSB todo un fenómeno cultural.