La decisión de Andrés no es fácil: Se juega la vida. Someterse a una intervención quirúrgia para que le sea instalado un bypass gástrico implica un enorme riesgo.
Antes que él, otro mexicano perdió la vida al someterse a una operación similar.
Pero el deseo de tener una vida más normal impulsó a Andrés para tomar la difícil decisión de someterse a la cirugía que le permitirá bajar de peso drásticamente.
Este expolicía, vecino de la colonia Aves del Castillo, llegó a pesar 449 kilos y era considerado uno de los hombres más obesos del mundo; hoy a bajado a 390 kilos pero aún su condición le impide moverse libremente y pasar de un cuarto a otro en su casa.
La vida de Andrés ha transcurrido en la cama desde que se dio de baja como policía activo pues ya su enorme peso le impedía realizar cualquier actividad física y productiva.
En este grado de obesidad buscar soluciones en dietas es casi imposible; el organismo está condicionado física y mentalmente a un consumo enorme de alimentos para que la persona se sienta bien.
La única opción viable parece ser el bypass gástrico, bloquearle una parte del estómago para que poco a poco se vaya sintiendo bien, "con el estómago lleno", al consumir menos alimentos.
El bypass gástrico ya es común en personas con obesidad mórbida, pero en casos extremos como el de Andrés la situación se complica por el enorme trabajo que debe realizar su corazón y más aún durante la anestesia. Las enfermedades concomitantes se agudizan: Una crisis hipertensiva, arritmia o la descompensación cardiaca están al acecho.
Andrés lo sabe pero confía en los médicos que habrán de operarlo en Guadalajara dentro de unos días.
Con ayuda de paramédicos, Andrés pudo salir hoy de su casa y a bordo de una ambulancia fue trasladado a Hermosillo donde tomó el avión hacia la capital jalisciense. Viaja acompañado por su nutióloga, Carmen Palacios, quien se encarga de la dieta que le ha permitido bajar algo de peso para soportar la operación.
Es optimista y aunque conoce los riesgos, sabe que también hay condiciones para que la operación sea un éxito y el pueda, al fin, recuperar las actividades normales de una persona de su edad.
Pronto tendremos noticias de él, y éstas deberán ser buenas.