Movido por los impulsos febriles de su imaginación, José Adolfo alias "El Calentureitor" dio cristalazo en un negocio denominado "Sexi Sex", que se ubica la colonia Cumuripa y se especializa, como su nombre lo indica, en la venta de preciosas prendas de vestir para damitas sensuales.
Tras el cristalazo, sustrajo dos prendas de vestir confeccionadas en fino y trasnparente encaje de algodón, una de color blanco y la otra en negro, tal como mandan los cánones.
Cuando El Calentureitor se alejaba con el producto de su robo, fue interceptado por dos policías que al notar su sospechoso andar lo detuvieron y tras una rápida revisión le decomisaron las prendas antes descritas.
Los policías examinaron minuciosamente y con ojos ávidos dichas prendas, dando rienda suelta a su loca imaginación e incluso es posible que uno de ellos haya pensado regalarle algo parecido a un amigo suyo que es reportero.
Pero vueltos a la realidad, los guardianes del orden aprehendieron al Calentureitor y lo subieron a la patrulla, donde el individuo se sintió más turbado que nunca.
Esta fue una victoria más contra la delincuencia desorganizada.