Doña Fina, un corazón lleno de amor
Marco Antonio Romero
Viernes 20 de Novimiebre de 2015

En una tarde soleada en punto de las 12:00 pm, nos dirigimos al hogar de la familia Navarro López en Ciudad Obregón,  acompañando al luchador social y líder de izquierda en Sonora el Ingeniero Carlos Navarro a visitar a su señora madre.

Navarro López, abre la puerta del hogar de sus padres  y un rayo de luz ilumina su rostro a ver a Doña Fina, un ser espectacular que vislumbra ternura en su mirada, y en un abrazo que parece que detiene el tiempo, madre e hijo se dejan llevar por el más grande sentimiento que es el amor puro y verdadero.

Después de un largo abrazo donde las palabras no hicieron falta,  el ambiente  se percibió como una sensación de estar en el cielo, como si cada vez que parpadeara  de Doña fina fueran como un aleteo de un ángel. 

Ya todos contagiados con ese sentimiento de armonía y paz, procedimos uno a uno a saludar a Doña Fina, quien con su mejor rostro, nos ofreció el mejor café de talega que un ser humano puede degustar en  compañía  de amigos y en ambiente familiar.

Fue de las pocas veces que he visto como una simple taza de café con un olor que puede volver loco al más exigente degustador, Navarro López y compañía pasaron una hora donde cada segundo valió ser parte de esa experiencia.

Un hombre con ideales de izquierda como Carlos Navarro, siempre en la lucha buscando el bienestar de los más vulnerables, de carácter fuerte y mano dura contra quien abusa de su poder y comete actos de corrupción, nos mostró su lado sentimental, he ahí sus consejos que la familia es el tesoro que cualquier hombre debe cuidar a capa y espada.

Recuerdo una plática con el  excandidato a Gobernador, donde comentaba  que su madre  es su heroína favorita, la que sabe que la batalla es día a día,  su enfermera que no sólo  curó los raspones de su niñez, sino que sabe curar con besos las heridas del alma; la  que llora con él sus tristezas y se regocija de sus éxitos.

La hora triste llego, fue momento de la despedida,  Doña Fina volvió a abrazar a su hijo con una fuerza enorme, que cualquier millonario sin una madre, darían toda su riqueza por tener y vivir ese sentimiento.

Con su corazón lleno de alegría y tristeza por ver a su hijo partir, Doña Fina tomó el rostro de su hijo, y le brindo el más grande beso que cualquier hombre pueda recibir, un beso donde al más falto de sentimiento aria que escurriera una lagrima por su mejilla, y después de separar sus labios que millones de vez le ha dicho TE AMO, le dio la bendición, y con tiernas palabras dijo cuídate mucho mi hijo, encomiéndate a Dios, yo seguiré rezando por ti y mis brazos siempre estarán abiertos esperando tu llegada. 

No sin antes despedirme, quisiera mandar un gran saludo a la familia Navarro López a quien conozco y son grandes personas que teniendo una madre como Doña Fina, no pudieron salir más que hombres de bien.

 
 

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