A un artículo que publiqué en este mismo espacio, el mes de octubre, me preguntan si tengo más información.
Lo primero que puedo decir es que en el XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa, del COMIE, los comentarios que generó el PIDIRFEN fueron de ironía y sarcasmo porque la única información en la página web de la DEGESPE, era una prsentación de power point, solo de enunciados.
Hoy no es diferente, aunque hay que reconocer que los titulares avanzan. Recomiendo entrar a http://planintegraleducacion.weebly.com/modelo-educativo.html y esto es lo que encontrará bajo el encabezado de Modelo Educativo y subtítulo de Dimensiones.
Innovación académica: aprender a aprender; aprender a convivir; aprender a hacer; centrado en el aprendizaje de los estudiantes; flexible; competencias profesionales; formación de docentes para la educación obligatoria; vinculado con la educación básica y media superior; nuevos esquemas de evaluación del aprendizaje.
Como se puede corroborar los rubros que contiene la dimensión de innovación académica, son orientaciones pedagógicas presentes en los programas oficiales, algunos de ellos, desde los ochenta, otros de los noventa o de la primera década de este siglo. Y para quienes incursionamos en la educación no formal y popular, los cinco primeros guiaron el quehacer educativo de un gran pedagogo descolonizador, Paulo Freire, desde la década de los setenta. Los otros dos, referentes a la formación de los docentes y su vinculación con la educación básica y media superior, han sido las orientaciones fundamentales de la educación normalista.
La única novedad, si nos ajustamos a la lectura literal del enunciado, es la de los “nuevos esquemas de evaluación del aprendizaje”. En realidad podemos advertir que no resultarán nada nuevos, sino que serán una réplica de los esquemas de evaluación controladora y punitiva que se están aplicando ya a los docentes de educación básica y media superior.
En esta supuesta reforma no hay más pedagogía que la del garrote y sometimiento, como lo ha expresado Alberto Arnaut.
• La dimensión del mejoramiento institucional, conceptualmente, tampoco contiene ninguna novedad. En términos de orientaciones institucionales han estado presentes y en algunos casos, hasta de práctica periódica. Los niveles de deficiencia son atribuibles, primero, a que el decreto que eleva a las Escuelas Normales a la categoría de Instituciones de Educación Superior, en 1984, con las respectivas actividades sustantivas de docencia, investigación y vinculación, quedó en decreto, pero nunca se le asignó el presupuesto requerido para tales funciones, Y segundo, es el mismo caso de la descentralización de 1992, dónde se descentralizaron las responsabilidades más no los recursos. Ambos quedaron truncos, por una política pública de papel, sin condiciones materiales para su operación.
• Integración y desarrollo del profesorado: definición de perfiles profesionales; selección de personal con perfiles idóneos; inducción y acompañamiento; instrumentación del programa de capacitación y desarrollo profesional; reconocimiento al personal académico; evaluación del personal académico.
• Mejoramiento institucional: reorganización de las escuelas normales; vinculación con la comunidad; renovación de funciones; evaluación institucional; aseguramiento de la calidad.
La dimensión de la integración y desarrollo del profesorado, es una repetición de lo mismo que se está aplicando bajo este mismo concepto a los docentes de educación básica y media superior.
Aunque los avances que se han subido a la página, solo son enunciados, dan una visión clara de que no hay una visión teórica educativa ni más pedagogía que la del control y que en este escenario no podemos aspirar a abonarle a la educación de calidad, sino garantizar un retroceso.