In memoriam: de Mis difuntos.
La aceptación de la muerte, siempre es difícil para los seres humanos; por naturaleza humana’ la muerte de los otros, es más aceptada que la de un familiar, es difícil resignarse que el fin terrenal de uno mismo se acerca próximamente, si es que la fatalidad no llega sorpresivamente. La ventaja de esto último, nos exenta de un, puede suceder, largo y tormentoso sufrimiento; que es la agonía de una muerte esperada. Por eso quizás la vida, sea esa agonía, atenuada en tiempos, mientras nos llega el día de la partida.
El Poeta Adolfo Gustavo Bécquer decía; “Dios mío que solos se quedan los muertos” a lo que literalmente responde José Ortega y Gasset: “Dios mío que solo nos estamos quedando los vivos”. Quizás esta expresión para nosotros, los que quedamos vivos, cuando alguien querido, amado, nos deja en este mundo, significa un vació, una soledad, que después se acompaña del recuerdo del ser querido y es quizás en esos gratos recuerdos se encuentre el bálsamo de la resignación. Es la historia del final de la vida; y tenemos que aceptarla tarde o temprano, es nuestro necesario equilibrio para continuar la vida, los que nos quedamos… solo un tiempo más, que es impredecible.
La muerte debería llegar con tiempos de espera, cortésmente primero los mayores; como la fila para entrar a un museo o al mausoleo que será nuestra última morada terrenal. Primero deberíamos morir los de más edad, los que ya gozamos y sufrimos con nuestra existencia. En ese orden, como ejemplo y en un supuesto y “adpattivo orden”; los primeros en morir serían: Los bisabuelos, los abuelos, padres y después los hijos, los nietos y bisnietos, etc. Pero la fatalidad no respeta el orden, ni las enfermedades ni las edades. Son los designios de Dios y en ellos están los misterios del ¿por qué? Solo EL lo sabe.
¡Dios mío que solo nos estamos quedando los vivos!, quizás porque en la historia de la humanidad, son más los que se han ido, por diferentes motivos (guerras, accidentes, enfermedades, asesinatos, abortos provocados-asesinato del no nacido- o espontáneos, suicidios, etc.).
Vivir esa temporalidad, en ese espacio y tiempo nos da la oportunidad a algunos, de irnos preparando para el momento final; la muerte de los demás, ayuda, pero a pesar de esa “natural preparación de la aceptación” se nos hace imposible aceptar la partida de los nuestros, de los amados, de los siempre queridos familiares y apreciados amigos. Pero tenemos la esperanza en el encuentro de la vida eterna, después de la muerte. Hay que morir para vivir, en esa eternidad profetizada, ir al encuentro permanente con los nuestros, allá con nuestros padres, hermanos, hijos, sobrinos…
Hoy a mis muertos queridos se agrega otro, se adelantó a la lista de espera, como muchos “rompieron fila” y entraron primero que nosotros a ese gran mausoleo de la eternidad:
Hoy Alejandro Agüero Madero, se subió en su moto con alas para alcanzar esa gloria eterna primero que nosotros. Aceleró su máquina – porqué así de acelerada fue su vida servicial- para unirse a la caravana de “motoshopper” comandados por Dios en su Harley-Davidson, de regreso a la vida eterna; la celestial. Como nuestro Señor Jesucristo dejo su tumba, para ir al encuentro del Padre. Allí también iras al encuentro con tu querido padre; con el tío José Luís, mi hermano que te dirá “Tierrita bolada contigo, pinchi Alex, no te tocaba”, tu enana Norita; Luís Raúl, tu tía Lula, nuestro Angelito Mateo, el Guty, Roberto, Carlos, mi compadre y tu tío José Luís Chavira (cuatito), Robertito y con todos, los que rompieron filas (No respetaron el orden, que gachos, hicieron chapuza) para llegar primero que nosotros, al Padre Eterno. Descansen todos, en pacífica convivencia eterna con Dios.
Pedimos por el consuelo de nuestra Sobrina Maricela, tu querida esposa y tus hijos, de tu querida familia, que con el recuerdo de lo que fuiste, ERES, buen hijo, buen padre y amigo servicial, los protegerás desde arriba.
Descanse en Paz.
Les abrazamos con nuestro cariño y solidaridad.
Edilia y Raúl.
Dr. Raúl Héctor Campa García
Ciudad de México a 17 de Febrero del 2016.
PD Nos fue imposible asistir por la salud (lo saben, pero estamos con ustedes siempre.