El exceso de confianza es el mayor error de Juan.
Llegó al Juzgado 3° de lo Penal ubicado en el Cereso de Cd. Obregón, y ahí la M.P. Altagracia Mora Echegaray se dio cuenta del vencimiento del amparo y ordenó su reaprehensión.
Juan mira de frente con sus cejas arqueadas, el cabello sin peinar y una postura irredenta pareciendo toro que va a embestir.
“¿Ustedes me van a sacar cuando me metan al bote?”, les preguntaba a sus barzonistas en el fragor de la batalla.
Y los afectados por la amenaza de desalojo del Infonavit tienen temple de acero. Así se han forjado, por que han sido testigos del abuso sobre decenas de familias que son humilladas por actuarios y policías de los juzgados civiles, que los dejan en la vil calle.
“¡Barzón, solución!, ¡Barzón, no represión!”: Nadie pasa por encima de la barrera humana que obstruye el paso y la labor de jueces, secretarios y funcionarios de los despachos lúgubres e incómodos en donde se “imparte justicia”. Desde las 5 hasta las 10 de la mañana, lapso en el que se interrumpe el Remate de cualquier propiedad.
Se han impedido centenas de remates de viviendas, en los juzgados 1° y 2° de primera instancia del ramo civil de Cd. Obregón.
Y cuando se prevé el desalojo de una vivienda, porque el afectado avisa al Barzón, de 100 a 300 personas en base a gritos y la defensa corporal de la vivienda enfrentan a licenciados y gendarmes que llegan a practicar la diligencia por órdenes del Juez.
Los desalojos son detenidos y en ocasiones desafortunadamente se presentan jaloneos.
A Juan Murguía un policía municipal lo tomó por la espalda ahorcándolo del cuello y lo tiró al suelo, hace 3 meses. Solo una disculpa recibió de parte de la autoridad.
De 60 años de edad el líder del Barzón Autentico presentó en ese momento una alteración cardiaca que lo llevó brevemente al hospital, además de presentar marcas en el cuello.
Juan no se ha vencido. En una reunión con funcionarios del gobierno estatal, llegaron a acuerdos para resolver parte del acoso judicial que promueve el Infonavit contra derechohabientes. Pero Juan al terminar la negociación les reprocha: “Bueno, entonces, ¿qué va a pasar con mi caso?”, refiriéndose a las órdenes de aprehensión en su contra. Estos no respondieron. “¿Eh?” nomás se les oyó decir.
“Entonces nada, ¿a mi que me lleve la verg… üenza?” Dos meses después Juan fue apresado y va a cumplir tres semanas en al cárcel.
En otra reunión con funcionarios boursistas, estos le advirtieron: “Juan cálmate, es mejor que desistas, para ti vienen tiempos difíciles…”.
“Ah!”, les responde Juan, “¿ustedes son los que me quieren chingar?, ¡ustedes son unos lambenalgas del gobierno!”.
Juan Murguía es un hombre Franco, entró a la lucha barzonista en 1995, cuando Banamex le quiso embargar casa y negocio.
Una deuda de 400 mil pesos contraída para habilitar su fábrica de productos de cerdo, -que cosa aparte sus chicharrones y cueritos curtidos son deliciosos-, se cuadruplicó después de la crisis de 1994 por que los intereses se dispararon estúpidamente increíble.
Los actuarios llegaron a su casa en 1995 para embargarla, tomó a sus cuatro hijos y a su mujer, los puso a salvo y empezó a tirar chingadazos con la ayuda de otros barzonistas contra actuarios, licenciados y peleles de la policía, defendiendo su patrimonio de mas de 25 años de empresario.v Ahí empezó su lucha barzonista incansable. Ahora para el gobierno, “Barzonista” sería decir comunista o de terrorista.
Juan no es un tipo corpulento. Su carácter aunque típico del norte, es manso y apacible. De complexión robusta, de 1.65 de estatura llegó a Cd. Obregón en 1955 procedente de Jalisco. Siempre ha vivido en la colonia Hidalgo y se ha echado a la bolsa a centenas de amistades que lo estiman muy bien.
Aún cuando en el Barzón Auténtico lo siguen centenas de personas, Murguía no es un político de esos que andan tras lo cargos. Pero lo han usado.
Ha bandeado de una posición a otra. Por ejemplo se inclinó por Félix Holguín en 2003 y en 2006 por Villanueva en la elección para alcalde de Cajeme.
También se manifestó por el PRD en la elección de 2000 y por López Obrador en 2006.
Por si fuero poco en mayo pasado recibió a los comandantes del EZLN en el local del Barzón Auténtico, cuando venían en “La otra campaña”.
Pero con Juan en la cárcel y sin ningún otro líder, los afectados del Infonavit, han tomado en cuatro ocasiones los juzgados civiles, impidiendo remates, demostrando que la lucha será imparable y que Juan no es imprescindible.
La policía política, agentes del gobierno que informan sobre las luchas sociales y políticas, del Cisen, la PGR, o el gobierno del estado, acosan a los barzonistas, grabándolos y echándoles las cámaras con centenas de flashazos. La gente se siente atosigada e intimidada y opta por cubrirse el rostro. ¿Qué otra salida le dejan?, ¿vivir en la calle, despojarlos de su pequeño patrimonio?.
Este ejemplo en el mero norte “conservador” del país, nos deja una enseñanza, ahora ya sabemos por que los indígenas chipanecos se cubren el rostro. La razón: Por defenderse del mal gobierno.
Juan Murguía Franco está en la cárcel. Le cobran 374 mil pesos de fianza. Una fianza irónica cuyo monto es ridículo y a todas luces se ve que hubo línea gubernamental para no dejarlo salir. Paro va a salir libre mas temprano que tarde, pagando o por la movilización social. Los barzonistas y la gente que defiende su vivienda tendrán cuentas pendientes por cobrar al gobierno federal y al gobierno estatal, con o sin Juan. Agárrense.
|