Eran las pelíiculas en blanco y negro la mayoría de las que aparecían en la cartelera de los cines de la ciudad a principios  de los años sesenta.

Pelíulas de aventuras, de drama y suspenso aterrador, los héroes eran los cowboys y los luchadores, como aquel Neutrón que nunca fue un luchador real, solo un personaje cinematográfico que la imaginación del público equiparaba con Blue Demon y El Santo, aunque muy lejor de la idolatría que despertaba el enmascarado de plata.

Una película de Neutrón era la de relleno, porque la estelar estaba a cargo de "Los dos apóstoles", protagonizada por Luis Aguilar, Fernando Casanova y Sara García. Todo en el cine del Plano Oriente, "El Máximo", donde según la raza junto al boleto de entrada le daban a uno un palito para matar las cucarachas y espantar a las ratas que corrían entre los pies del público.

Cines al aire libre, como el Pitic, el Cinelandia (calle Veracruz entre Guerrero y No Reelección) y el California.

Nos cuenta un amigo que a cuando él y sus hermanos eran niños, allá a principios de los 1960s, su papá los llevaba  a todo a ver películas en el cine Pitic (Niños Héroes y Campeche), pero no entraban a la sala sino que lo veían desde la calle, encaramados en el techo del camión de carga de su padre quien además les preparaba palomitas y limonada para que la prole tuviera una función de cine como Dios manda.

Y a los vigilantes del cine había que darles un peso para que  se hicieran de la vista gorda y como que no veían a los que gozaban el espectáculo sin pagar.