Cuando ya creía superados los problemas que le ocasionó la difusión del video donde aparece bailando reggaeton, la maestra Clarissa sufrió ahora una nueva afrenta: La Secretaría de Educación y Cultura (SEC) la eliminó del programa "Mujeres de 100", donde había sido seleccionada para asistir a eventos en Washington.

El 15 de abril le hablaron de la SEC para informarle que había sido nominada junto con otras mujeres sonorenses para hacer el viaje a la capital de E.U.

Pero en la noche de este jueves 21 recibió otra llamada, también desde la SEC, para informarle que no era ella la nominada sino otra persona que también se llama Clarissa y "casualmente" es tiene los mismos estudios y el mismo trabajo que ella.

La cínica mentira fue un agravio más a los que se han acumulado en su contra desde que fue expuesta por la difusión viral del video filmado en un concurso de baile en Los Cabos.

Por eso en su primera conferencia de prensa multimedia se presenta como si estuviera en un grupoo de autoayuda:

"Soy la maestra Clarissa, me siento herida y necesito que alguien me escuche".

Agradece el apoyo de sus padres y de mucha gente que le ha expresado su solidaridad, pero no duda al señalar que las autoridades no le han dado ningún apoyo en la defensa que hace ella de sus derechos humanos y en particular el derecho a recuperar su trabajo tras ser despedida por las autoridades del Instituto Cumbre.

Además cuando solicitó asesoría sicológica a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, le dijeron incialmente que sólo le podían dar esa asesoría en Hermosillo. Ahora buscan la forma de ofrecerle la orientación sicológica en esta ciudad.

"Más que perder mi trabajo, me arrancaron a mis niños", dice refiriéndose a sus pequeños alumnos.

Sobre su participación en el concurso de baile que detonó el problema, afirma que ella no se arrepiente de nada pues no hizo algo malo y "la libertad es lo más importante".

Sobre el polémico video, explica que a ella no le pidieron autorización para filamrla y menos que lo fueran a subir a las redes sociales.

"La persona que me tomó el video se llama Erik Cabrera y cuando le pedí que lo bajara de su sitio de Internet, me pidió cinco mil pesos para hacerlo. Como no se los di, el video continúa allí".

Clarissa asegura que nunca ha pensado en cambiar de ciudad, radicar en el extranjero. Su deseo es seguir viviendo aquí.