Miguel de Cervantes escribió El Quijote por encargo del librero Francisco de Robles, quien lo puso a la venta en su local, al igual que las novelas ejemplares.
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, considerado la primera novela moderna, fue publicado en Madrid en 1605, cuando su autor contaba con 58 años de edad. Diez años después, en 1615, se publica la segunda parte: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
La modificación del nombre responde a la publicación del libro Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha que vio la luz en 1614; un aparente intento de sabotaje al éxito de Cervantes –la primera edición se reimprimió seis veces en un año, lo que lo convirtió en uno de los libros más vendidos de la época- y cuyo autor fue un desconocido que se hacía llamar Alonso Fernández de Avellaneda.
Entre dimes, diretes, sabotajes y no, han transcurrido cuatrocientos años tras la muerte del “manco de Lepanto” y su visión del mundo, sus nombre y sus frases, siguen influyendo el arte y la literatura universal.
Para recordarlo, hacemos un recuento de algunas de las citas cervantinas más divulgadas:
“El amor; según he oído decir, unas veces vuela y otras anda; con este corre y con aquel va despacio; a unos entibia, y a otros abrasa; a unos hiere, a otros mata; en un mismo punto comienza la carrera de sus deseos, y en aquel mismo punto lo acaba y concluye; por la mañana suele poner el cerco de una fortaleza y a la noche la tiene rendida porque no hay fuerza que lo resista”. (Cap. 34, El Quijote I )
“Esta que llaman fortuna, de quien yo he oído hablar algunas veces, de la cual se dice que quita y da los bienes cuando, como y a quien quiere, sin duda alguna debe de ser ciega y antojadiza pues, a nuestro parecer, levanta los que habían de estar por el suelo, y derriba los que están sobre los montes de la luna”.(Cap. 66, El quijote II)
“Porque adviertas, si despiertas, que amistades que son ciertas nadie las puede turbar”. (Versos de la primera jornada de la comedia La casa de los celos y selvas de Ardenia)
“Las tristezas del corazón salen al rostro y en los ojos se lee la relación de lo que está en el alma”. (Novela La señora Cornelia)
“Ni yo he sido la primera, ni seré la postrera que haya caído en estos barrancos”. (Cap. 8 del libro III los trabajos de Persiles y Segismunda)
“Esto del heredar algo borra o templa en el heredero la memoria de la pena que es razón que deja el muerto”. (Cap. 74, El Quijote II)
“Uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son”. (Cap. 18, El Quijote I)
“Si yo tuviera tanta experiencia en estas cosas, antes me tarazara la lengua con los dientes que pronunciar aquel sí, que se pronuncia con dos letras y da que llorar dos mil años”. (Cita del entremés El viejo celoso)