¿Son los millonarios los verdaderos dueños de nuestro país? El contenido del libro Los Amos de México lleva a pensar que sí. Las 20 familias más acaudaladas del país concentran más de 10 por ciento del PIB e influyen decisivamente en la economía y la política y, por ende, en la vida de los mexicanos.
Los 11 casos son objeto de polémica: Carlos Slim (escrito por Francesc Relea, correponsal de El País, en México), Emilio Azcárraga (por Jenaro Villamil, de Proceso), son cabezas de los dos imperios económicos más influyentes; Alberto Bailleres (por Blanche Petrich, de La Jornada) es el segundo hombre más rico del país; Lorenzo Zambrano y su Cemex (por Lorea Canales) han cambiado la faz de Monterrey y pavimentado el resto del mundo; María Asunción Aramburuzabala (Rita Varela, directora de Energía Hoy) es la mujer con mayor fortuna de América Latina; Lorenzo Servitje y su osito Bimbo (Salvador Frausto, exeditor de Gato Pardo) son aves de tempestad por su protagonismo político; Roberto Hernández (Alejandro Páez, subdirector de Día Siete) ha sido el banquero de Fox y de Calderón; Olegario Vázquez Raña (Marco Lara, premio nacional de periodismo) ha irrumpido en los edios de comunicación apoyado por sus hoteles y hospitales; Roberto González (Alberto Bello, director de Expansión) no sólo es el rey de la tortilla, también es propietario de Banorte.
Y quizá hay otros más riicos que Jorge Vergara (por Jorge Zepeda Patterson) y la familia Ramírez (por José Pérez), pero Omnilife y Las Chivas del primero, y la cadena Cinépolis de los segundos constituyen los capitales más dinámicos de sus respectivas regiones: Jalisco y Michoacán.
Las biografías de estos once presentadas en este libro muestran que se trata de personas con virtudes y defectos comunes y corrientes, potenciados, eso sí, por el poder y la disponibilidad de una enorme chequera.
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