Los jugos más frescos, los chocomiles más exquisitos, o el Milo riquísimo licuado con plátano. ¿Qué prefiere usted?
Cualquiera de bebidas son para saborearlas trago a trago, que el "bigote chocomilero" se nos quede pegado alrededor de la boca.
Y esto solo podíamos encontrarlo en el puesto que la familia Solórzano tenía en el Mercado Municipal, un alto obligatorio para la gente que iba de compras al parián, o que sólo iba a eso, a tomarse un jugo con los Solórzano.
Como la música y como ciertos aromas, también los sabores se nos quedan en la memoria y permanecen allí, en espera de que los evoquemos cuando vemos fotos como las de este día.