Una pintora extranjera vino a Sonora atraída por la luminosidad y los matices que presenta el cielo en esta zona del mundo.
Esta belleza natural está presente con mayor expresividad en los atardeceres sonorenses. El crepúsculo es rojizo en cualquier parte del mundo, pero los matices que aquí adquiere son espectaculares.
Y una muestra de esto lo tuvimos en la semana recién concluida, cuando después de la tormenta vino el ocaso y con el su característico color que se presentó con diferentes matices que iluminaron no solo el cielo y las nubes sino también el paisaje terreste.
Así lo captó la persona que nos envió estas fotos tomadas en la Laguna del Náinari. Un espectáculo gratis.
En otra época, cuado los enamorados se enternecían con el atardecer, el soundtrack existencial era "La hora del crepùsculo", "Twilight time" interpretada por los Platters. Pero en la Laguna las parejas ahora seguro escucharían al Julión o un narcocorrido.