En los primeros meses del 2015, durante los días álgidos de las campañas electorales en Cajeme, Isaac Apodaca Lauterio dejó a un lado su obligada neutralidad como servidor público para hacer activismo abierto a favor de su partido, el PRI.
Como jefe de la policía local participó en la persecusión de militantes panistas, detuvo a algunos a quienes acusó de realizar actos ilegales de propaganda, y para que lo oyeran bien quienes verían los videos de esas acciones policiacas, les gritaba a los detenidos: "¡Aprendan al PRI, que sí hace las cosas bien, sin delitos!"
Fue Isaac Apodaca una pieza indispensable para los grupos de poder que lo apoyaban, así lo demuestra su paso como jefe de varias corporaciones policiacas en el sur de Sonora.
Pero este domingo, en la guardia de honor que se le rindió a su cadáver en el edificio de Seguridad Pública municipal, no se vio a ninguno de los políticos a quienes sirvió, no estuvo ninguno de los presidentes municipales a los que acompañó en su gestión.
Sólo miembros del cuerpo policiaco, donde tenía amigos y enemigos, así como el actual jefe de Seguridad Pública, un diputado, y sólo dos o tres personajes de la política regional, pero no los más importantes por cierto.