La masacre ocurrida en Tlatelolco aquel día 2 de octubre de 1968, y llevada a cabo por el gobierno de la Nación utilizando para esa acción al ejército, quizá sea una de las más trascendentales en la historia de México:
A 48 años de ese suceso, está en pie la frase acuñada poco después que consigna “Dos de Octubre no se olvida”.
Sin embargo transcurrido ese tiempo, todavía se mantiene el fallo de las investigaciones realizadas: Fue un genocidio, pero sin genocidas.
Por lo que se cubrió a este suceso con el manto de la impunidad.
En Octubre de 1968, México era gobernado por Gustavo Díaz Ordaz y como secretario de Gobernación se desempeñaba Luis Echeverría Álvarez, quien a la postre sería el siguiente presidente de la República Mexicana.
Sin embargo antes y después de esta fecha tan significativa para el colectivo mexicano, en México se dieron otras tragedias de suma importancia en las que también los responsables de ellas fue el mismo gobierno, a través del ejército o de sus dependencias policiales y que de igual forma, pasaron al mundo de la impunidad. Entre otras tenemos la masacre ocurrida en Cananea, Sonora a principios de siglo pasado, que fue la antesala a la Revolución Mexicana.
Después vendrían otras muertes en masas como la ocurrida en 1960 en Guerrero, Cuando el Gobierno quito la autonomía a la Universidad estatal, iniciándose hostigamiento contra la comunidad universitaria, cuando esta se manifestaba contra lo que ella a través de su federación de estudiantes y la población estudiantil se manifestaba contra los decretos pronunciados por el gobierno.
Surge entonces la huelga en la Universidad a la que se unen la Normal de Ayotzinapa, a cuya cabeza del movimiento estudiantil estaba Lucio Cabañas
Posterior a la matanza de Tlatelolco vendría también en la ciudad de México la matanza de 1971 conocida como Jueves de Corpus.
Cronológicamente entre las más importantes cuya responsabilidad se le atribuye al gobierno están. Chiapas 1997 en Acteal, Ayotzinapa Guerrero en 2011, Tlatlaya en el Estadio de México y la de mas en boga actualmente , Ayotzinapa..
Lo que los hace semejantes a todas, es que en ninguno de los casos se ha esclarecido totalmente y por lo tanto no se ha responsabilizado cabalmente a nadie, pues según se trasciende en todos los caos, las pruebas que se aportan para el esclarecimiento de cada una de las masacres, no permiten o no contribuyen cabalmente para fincar responsabilidad a ninguna persona.
Lo ocurrido el 2 de octubre de 1968, no empezó ese día o esa tarde, ya traía sus raíces desde mucho tiempo antes:
Ya en 1942, en la ciudad de México se había consumado una masacre de estudiantes.
En 1956 se gesta el movimiento Magisterial.
A finales de la década de los cincuentas, en el gobierno de Adolfo López Mateos se gestan varias luchas campesinas.
Luego vendría el movimiento ferrocarrilero, cuyo máximo exponente fue Demetrio Vallejo, que al igual que los verdaderos luchadores sociales tendría que parar por fuerza, en una de las prisiones más temidas en ese tiempo, “Lecumberri”.
Otro movimiento de fuerte impacto social, surgió en 1964, encabezado este por médicos. Este movimiento social ya le toco enfrentarlo a Gustavo Días Ordaz, que le serviría de ensayo para lo que vendría después.
A Sonora le tocaría también ser protagonista y formar parte de la historia dentro de los movimientos estudiantiles, sociales, antes del estallido del movimiento del 2 de Octubre del 68.
Fueron dos las intervenciones del Ejercito Mexicano a las instalaciones de la Universidad de Sonora, la primera en Febrero de 1967, en la que las fuerzas militares hicieron uso de gases lacrimógenos, macanas y toda clase de atropellos contra la comunidad universitaria.
El segundo intervención del ejército en la Universidad de Sonora ocurrió el 17 de Mayo de ese año, cuando el congreso del Estado solicito, amparándo se en que la sociedad Sonorense pedía poner fin al movimiento estudiantil de la universidad de Sonora y para esto solicitaba la intervención del ejército, dicho congreso autoriza que el ejercito interviniera para contrarrestar el movimiento estudiantil. El ejército utilizo toda su fuerza y capacidad contra los estudiantes por medio de paracaidistas, soldados que entraron en camiones, armados con bazucas ametralladoras y toda clase de armas largas.
Todos estos acontecimientos y otros más, polarizarían ya los ánimos de la sociedad Mexicana.
Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la República, diez después de la matanza de Tlatelolco, asiste a la Inauguración de los XIX, juegos Olímpicos, pretendiendo dar al mundo una imagen de paz y tranquilidad que vivía la nación y sociedad mexicana, sin embargo pese al temor que se vivía, hicieron ahí mismo actos de repudio hacia su persona.
Han transcurridos casi cinco décadas de la masacre más grande que se ha dado en México, nunca se supo la cantidad exacta de muertos, ni heridos, pero si se da cuenta de la herida perpetua causada por el gobierno contra la sociedad, y las masacres se siguen dando y la impunidad también hace acto de presencia en todos los casos.
La vieja sentencia sesentera sigue en pie: “Dos de Octubre no se olvida”.
También se oyen aquellas voces que dicen: ”Únete pueblo, Únete pueblo”