Hay un viejo refrán en política que, hasta hace poco había venido funcionando a la perfección hasta que en el escenario político aparecieron los hermanos Moreira, de triste recuerdos para los coahuilenses. El dicho solía ponerse de moda cada vez que de renovar los poderes de algún estado se trataba. “ Gobernador no impone gobernador”, repetían con insistencia aquellos que se oponían a una política continuista. 

Aquí en Sonora, desde luego no era la excepción, hasta que también se apareció don Alejandro Carrillo Marcor, el hombre que, enviado por Echeverría vino a substituir al caído de Carlos Armando Biébrich y finalmente se las ingenió para maniobrar ante el entonces presidente López Portillo, para imponer como candidato del PRI al entonces dirigente del PRI estatal, Samuel Ocaña García, un señor al que por cierto, vemos seguido por las calles de Hermosillo, como un ciudadano más, que lo mismo compra en las tiendas pomadosas como en cualquier estanquillo de barrio, debido a que, como acaba de decirles a un grupo de periodistas hermosillenses, “yo nunca me robé nada, por eso camino tan tranquilo por las calles de Sonora; aquel político que hace mal uso de los recursos públicos, además de delincuente, es un traidor para la sociedad”…

Y es muy posible que si rascamos un poco en la historia política de Sonora, habremos de encontrar a muchos que, en efecto, no habrían tenido mucho que ver con la designación de su sucesor, como fueron los casos de Luis Encinas Johnson, lo mismo que su relevo, don Faustino Félix Serna, el mismo Rodolfo Félix Valdés quien, al igual que Ocaña, fue relevado por quien primero, antes de convertirse en candidato, ocupó los cargos de Secretario General de Gobierno y dirigente del PRI estatal, esto es, Manlio Fabio Beltrones; otro que tampoco impuso a su sucesor fue el de Cananea, Armando López Nogales y, curiosamente, en el caso en que se rompe la cadena con Alfonso Elías Serrano, éste pierde la gubernatura para dejar a Sonora en manos de la peor banda de delincuentes que jamás hayan pasado por los puestos públicos…

Y viene a cuento el parangón anterior porque Sonora y su gobernadora están a punto de convertirse en el primer caso en donde la jefa del ejecutivo no estará imponiendo a su sucesor, sino más bien, lo estará poniendo tras las rejas, toda vez que, como se ha venido manejando hasta ahora, les salgan bien las cosas a los sabuesos de la Procuraduría General de la República y a la Fiscalía Especializada en Actos de Corrupción que ya le pisan los pasos al delincuente número uno de Sonora…

FIERRITOS EN LA LUMBRE…

Para este miércoles de enfrente, los cinco diputados representantes del sur del estado estarán viajando a la ciudad de México a efecto de alcanzar que se restituya a Cajeme el distrito nominal asignado a Hermosillo y se mantenga la misma distritación utilizada en el pasado proceso electoral. 

Para los que apuntan, en el último movimiento hecho por el INE, este instituto aprobó, con fecha del pasado 28 de septiembre la nueva conformación de los distritos uninominales de Sonora, conocidos como de mayoría relativa a efecto de crear, según los chilangos que manejan estos asuntos desde el confort de sus oficinas, un equilibrio poblacional, dejando a Cajeme con tres distritos locales, en vez de cuatro, mientras que Hermosillo estará pasando de cinco, a seis distritos…

De ahí que tenga razón el diputado Omar Guillén cuando dice que resulta incongruente el criterio demográfico del que está echando mano el INE, ya que de veintitantos municipios que lo integran, estaría pasando a más de treinta cuya sede, posiblemente sería Magdalena de Kino…

Para acabar luego, los partidos políticos cuentan con cuatro días a partir de este jueves para impugnar la decisión y, toda vez que reciban un revés, aun tendrían dos instancias más a las que se estaría recurriendo para defender con uñas y dientes el distrito local que, en un descuido, se estaría yendo con rumbo al norte del estado…

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