La Transparencia: Un show trivial
Redacción
Jueves 20 de Octubre de 2016

Asombrados, algunos asistentes sólo se miraban a los ojos como para preguntarse en silencio: "¿Qué es esto? ¿Un show o una conferencia en serio?".

Mientras tanto el orador se movía entre el público moviendo las manos, haciendo gestos e invitando a integrarse a una rutina pueril: "Cuando salga la B (en la pantalla del proyector) digan burro y suban la mano; cuando salga la D digan dedo y levantan la mano derecha..."

Enseguida advirtió a las mujeres que deben hacer o no hacer para tener contento a un hombre, y de paso les reveló el significado del punto G: Gastar, lo que más le gusta a las mujeres, y en inglés, remató, "se dice shopingggg... yaven".

El ejercicio, común en conferencias de autoayuda, estaba totalmente fuera de lugar como lo estaba la plática del "experto" en transparencia gubernamental, Juan Antonio Águila Marín

Traído especialmente desde Guadalajara, Águila expuso ante estudiantes del ITSON el tema "¿Cómo y para qué preguntar?" cuyo objetivo, decía la investigación, es "la utilidad de la información pública".

Pero sobre esto, apenas dijo generalidades carentes de un significado que justificara su presencia y la invitación: Es necesario que las personas reclamemos a las instituciones sobre la información pública... Es un derecho que tenemos todos... y otras trivialidades que llevaron a uno de los presentes a comentar "descubrió el hilo negro".

Lo más significativo fueron tal vez la instituciones que organizaron este "show" sobre un tema crucial en nuestros días: La Fundación Colosio y el Instituto Sonora de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (ISTAI).

Al final, algunos asistentes se mostraron complacidos por lo "divertido" de la conferencia, mientras otros seguían preguntándose cuál era el objetivo del "show" que acababan de presenciar.


 
 

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