Partidos políticos, bien partidos
Raúl Héctor Campa García
Lunes 07 de Novimiebre de 2016

La decepción no solo de la ciudadanía, sino también de los militantes de los partidos, es muy comentada tanto a nivel de los medios de comunicación, politólogos, charlas de café, e inclusive dentro de los mismos partidos, sobre todo los de mayor militancia o de “preferencia” de la ciudadanía.

Pongo “preferencia” entre comillas, ya que si uno analiza el padrón de personas en edad de votar, y saca el porcentaje de los que acuden a las urnas, el porcentaje global de todos estos, es menos del 48 %, que se reparte entre todos los partidos. Se concluye pues que ningún partido y ni sus candidatos a puestos de elección no tienen la aprobación del 50 más uno, de los ciudadanos.

Por tal motivo, y para evitar gobiernos “ilegítimos”, de facto, se debería modificar la ley electoral del país (otra vez, dirán algunos),  en un único punto por lo pronto: que se aprueben las segundas o terceras vueltas, hasta que los candidatos obtengan más del cincuenta por ciento de los votos.

Pero como dicen en mi pueblo: “Sin meter huica o sin chanchullo”. Claro los políticos, no aprueban leyes que a ellos les perjudiquen. 

El pueblo que se joda… así piensa cada vez que se despierta un político… de otro País.

Las desbandadas de los militantes de los principales partidos exceptuando, en un principio de estas manifestaciones de disidencia, a los de oposición al PRI, no eran tan importante.

Pero después de la alternancia del poder federal en el 2000, se hicieron más evidentes estas desbandadas de grillos oportunistas unos, y otros por la misma decepción de la “política” corrupta que impera en los que llegan al poder y que a muchos contamina.

Los primeros grillos arriban a otro partido, cuando para ellos no se dan las circunstancias para seguir prendidos de la ubre oficial en su original militancia (llámese PRI, PAN, PRD, etc.) y buscan cabida en algún otro partido que le ven posibilidad de llegar; no se arriesgan y no se resignan a perder su  “liderazgo” de origen ya perdido. Llegan como mansos corderos al partido que los recibe, y después afilan sus garras, para adueñarse del partido que los acobijó.

Eso le ha sucedió al PAN, donde milito y a otros partidos. Llegan con una estela de incondicionales aduladores, tomando el liderazgo. Pero realmente ellos quizás no tengan culpa, sino quienes los hacemos “compadres”. Su única culpa, es el férreo interés de tener cautivo al partido, con la anuencia, complicidad o pactos para cotos de poder, con algunos “honorable militantes”, de vieja y nueva guardia.

Pero estos grupos militantes, al principio renuentes del ingreso de aquellos, después “gozan una luna de miel”; para luego, una vez que las circunstancias no se les acomoda a sus intereses de grupo o de “familia partidistas”, luchan entre ellos al interior en “aras de la unidad” para no soltar el órgano mamario o hacer acuerdos en lo oscurito para las próximas pizcas (elecciones) y colocar sus piezas…

Ah pero primero mis cuates, mis compadres, mi familia, una lista de barberos, que se quieren prender de la manoseada  ubre. A la “chiruza” del partido, las migajas si es que quedan. Pues eso también inconforma a la militancia. 

Lo más grave es que en ocasiones, no hay perfiles para esos puestos y solo se convierten en una “recua” de incondicionales, “muy agradecidos por la chambita”. No tener el perfil para un puesto y aceptar, eso también es parte de la corrupción. 

Lo anterior lo vemos cada trienio o sexenio, con el partido en turno que está en el poder. 

Al interior de los partidos esto también se padece. La línea cupular se ordena, para poner candidatos pactados con líderes caciquiles incondicionales; desde una regiduría, diputación, senaduría, ad hoc con el gobernante en turno. Muchos de ellos sin la preparación para tales “puestecitos”. Lo malo es que una vez que lo prueban quieren más. Como le dijo un compadre a otro, cuando lo vio hacer algo indebido: “No me digas nada compadre hasta que lo pruebes”…el poder.

Al hacer una revisión a vuelo de pájaro de la militancia de los tres partidos “importantes” del país, vemos que hay una promiscuidad, pero no ideológica, porque la mayoría de ellos no tienen ni idea de las diversas doctrinas políticas, ni de los principios doctrinarios de cada partido, realmente los pensadores, que los hay en cada partido, son muy pocos. 

Eso no les interesa a los que dirigen o piensan dirigir un partido, solo les interesa el fin personal o de grupos sectarios al interior; según ellos haciendo acuerdos y negociaciones, con un pragmatismo que raya en el “importamadrismo” de los problemas sociales o del mismo partido.

Claro muchos, como ya se ha comentado, cuando llegan al poder, hacen obras, algunas monumentales, que es donde se entretejen los jugosos negociosos y concesiones que solo les llega al círculo más cercano al gobernante en turno, sea municipal, estatal o federal.

Con los actos de corrupción que se les imputan a varios personajes de los diferentes partidos, desde gobernadores, funcionarios públicos, de diferentes niveles, los partidos han optado, y hacen bien, de desligarse de esos personajes. Ahora si solicitan que ellos respondan por sus actos. Hecho que antes cuando gobernaba un solo partido, el del carro completo,  todo quedaba “entre cuate del invencible” y ahora resultaron más santos que la Madre Teresa de Calcuta; acusando de lo que siempre se les ha acusado.

Todo esto ha contribuido a que se tengan diferencias dentro los partidos y se polaricen las opiniones de sus militantes y existan divisiones. No dudo que haya honestos dentro de ellos, pero en los partidos son minorías o no sobresalen. 

Si algo bueno ha dejado la alternancia en el poder, es que ahora tal parece, se están sacando los trapitos al sol, que por cierto demasiado embarrados de algo que apesta en el ambiente: corrupción.

La ciudadanía espera que sea cierto y que cada quien, con la “imparcialidad de la ley”,  que se le compruebe culpabilidad y paguen, que se le castigue severamente y que devuelvan lo que es del pueblo. Si bien es cierto los Partidos no tienen por qué pagar las culpas de las “malandrinadas” de algunos de sus militantes.

Pero si deben de ser los primeros responsables de fiscalizar a sus funcionarios y NO servir de tapadera, como antaño. Ojalá que las ahora fiscalías anticorrupción, impuestas por las circunstancias, actúen de verdad y no sean solo llamarada de petates, o que como siempre le apuesten al olvido del tiempo, de alguna parte de la ciudadanía o de la militancia que sufre de “amnesia política”. Que no se pacte “la inocencia” en las altas esferas. Son miles de millones de pesos que estos insensibles se robaro. Eso no debe quedar impune. 

Por otro lado, también la alternancia del poder ha contribuido a la aparición de unos seres, algunos ya caducos y otros no tanto, de la especie “chapulinezca” que saltan de Partido en Partido, a ver que les toca. Por lo general el que llega, llega como mesías, como el conquistador barbado “apantalla indios” (a los militantes del partido, a que arriba). 

Todas estas consideraciones, tienen a los Partidos Políticos polarizados, BIEN PARTIDOS, y muchos de sus militantes “han buscado refugio en otros”, como náufragos de un caudaloso rio, donde por sus aguas revueltas, otros obtienen ganancias. A rio revuelto ganancia de “PEJCadores”; MoReNa (propiedad del Peje) y MC (propiedad de Dante Delgado), ambos son los que más tarrayazos han dado a la disidencias de los partidos. AGUAS.

Dentro Acción Nacional, hace falta un movimiento de regeneración, pero no del Instituto Político en sí, que tiene bien definida su filosofía, su doctrina política, que poco varia en esencia de la de los otros partidos: todos, en letra muerta buscan el bien común. Hace falta una regeneración de su militancia, para que entendamos cual es el fin de la verdadera praxis política. Está en esos principios doctrinarios, no solo del PAN sino de todos los partidos. Hace falta una verdadera democratización al interior, para poder predicar con el ejemplo hacia el exterior. 

Desde  hace más de dos años surgió al interior del Partido un movimiento con estas intenciones democratizadoras y de “regeneración” de los militantes: ADNPAN (Acción Democrática Nacional del PAN) coordinado en eses entonces, por Javier Corral, actual gobernador de Chihuahua. Un político congruente…hasta no demostrar lo contrario. Ojala los panistas se sumen, a este movimiento interior, para no partir más al Partido. Por lo pronto.

 

#PARACAMBIARYOMEINCLUYO.  #ADNPAN.

Dr. Raúl Héctor Campa García

Ciudad de México. 7 de noviembre del 2016

raulhcampag@hotmail.com 

 
 

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