La ausente austeridad gubernamental y Filosofía Franciscana del pueblo
Raúl Héctor Campa
Domingo 01 de Enero de 2017

Los “pobres” políticos que ocupan una curul, ya sea en el Senado o en la Cámara de diputados, junto con el gobierno, le hablan de austeridad a la población, mientras ellos siempre se han despachado con cuchara grande, a manos llenas mejor dicho. Justifican los aumentos en las gasolinas, y en los costo de algunos productos, disque por la situación financiara global o el triunfo del racismo en los Estados Unidos (no importa el personaje); para estos aumentos al gobierno de México pretextos le sobran. Los mexicanos comunes y corrientes (que somos mayoría), desde hace mucho “nos acostumbraron” a vivir en crisis; somos crisis-resistentes.

Esa minoría que pululan – cuando asisten- en el congresos, no son manos muertas, sino de cerebros inertes, que no les funcionan las neuronas sensitivas; solo las motoras para extender con vileza viveza la mano y cobrar su injustificado sueldo, más dietas, auto-bonos, agregados “compensatorios” y los moches; que no les provoca ni un atisbo de vergüenza. Algunos en un acto de constricción, ocultando obscuras intenciones, lo donan- solo el bono, no piensen mal…también- “caritativamente”; unos para becas de estudiantes en edad de votar- inversión enmascaradamente electorera--, otros regresando el bono, para que se “administre” por el mismo congreso.

Los congresistas mexicanos nunca votan para disminuirse el sueldo o quitar sus dietas. Por unanimidad se aumentan, los pobrecitos Diputados y Senadores, “por su arduo y fatigante trabajo legislativo”, cuando se enfrascan en largas y trasnochadas discusiones para subir el sueldo mínimo nacional a unos cuantos pesos, pero sin que llegue a $100.

Para el 2017 el salario mínimo será de 80.04 pesos diarios, y que el pueblo se administre con austeridad, como la canción de la Bartola, de Chava Flores: Mira Bartola ahí te dejo estos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz. De lo que sobre, coges de “ay para tu gasto, guárdame el resto para echarme un alipús…”. (No sé si en alguna parte de esta estrofa, se esconda una recomendación o albureada para la Bartola o “los Bartólos” mexicanos; habrán que analizarla los expertos).

Austeridad para el pueblo, amarrarse los pantalones o el vestido bien apretaditos, para que no se nos caigan. Eso le pide el supremo gobierno (con minúsculas) a la sociedad… y esta le regresa la respuesta con otra pregunta ¿y ustedes hasta cuándo? ¿Cuándo van a reducir el gasto corriente administrativo (que no saben o no quieren bien administrar, cuidar los bienes que son del pueblo), tener la burocracia necesaria, hasta cuándo van a dejar de financiar al polipartidismo existente y depredador, reducir el número de congresistas, que es el más costoso del mundo? ¿Cuándo van a entender cuál es la esencia de la verdadera política? ¿Hasta cuándo dejaran de ser corruptos?, ¿Cuándo tendremos verdaderos gobiernos y políticos, que no vivan “de la política” y se dediquen al quehacer real de la política. Hasta cuándo se dejará la práctica que también involucra a casi todos, de los moches, la mordida, el influyentismo ramplón y reptante; que se da a todos niveles?, ¿Hasta cuándo desaparecerá el sindicalismo charro y electorero, que se inclina según los diversos vientos en tiempos elecciones, que han provocado la alternancia del poder y una fallida democracia? ¿HASTA CUANDO disminuirán realmente los índices de pobreza – más del 70 % de pobres- de este mi País?

Los gobiernos han estado obligando al pueblo a vivir con la Filosofía de San Francisco de Asís (de Assisi, Italia), “vivir de la naturaleza, saboreando el canto de los pájaros, el olor de la humedad que causa la lluvia, la vegetación, alegrarse con la mansedumbre de la fieras, hermano lobo”…etc. Contentarse con lo mínimo necesario para pervivir hasta quizás, en un grito “silencioso” exclamar- el pueblo- como San Francisco: “Necesito poco y lo poco que necesito lo necesito poco”.

Ya alguien está pronosticando o más bien promoviendo (AMLO) La Rebelión de la Granja (Animal Farm. A fairy story, de George Orwell). Quizás no la leyó o entendió mal; ya que después de la rebelión de los animalitos – que se la creyeron- fueron gobernados por los “cochis”…y estuvieron “pior”.

En la cena de Navidad, en la mesa de los “cochis”…perdón, políticos –al principio aludidos- quizás se atragantaron, tal como lo hacen en sus puestos de funcionarios públicos, con algunos animalitos de granja (especialmente Turkey, así se escucha más sofisticado, que “güijolo”), brindando con caras bebidas espirituosas importadas, costosos y modernos regalos), gracias a su “muy merecido” sueldo, bonos y demás.

Entre todos los Diputados Federales, en estos últimos tres meses, junto con sus aguinaldos, recibieron la “modestita” cantidad de mil millones de pesos.

Pero de seguro que a ninguno de sus familiares, de esta opulenta “élite polaca”, Santa Claus no les trajo en está y en ninguna navidad un “to ro to”.

Mientras en muchos hogares, quizás para que “no se note la extrema pobreza”, consumieron unas alitas de pollo, o unos pavos…pavorosos frijolitos. Pero Santa si les trajo muchos to ro tos… “que alegró la franca y famélica sonrisa de un niño

pobre”. Ellos que se contentan, con lo poco que sus padres pueden darles o con lo que algunas bondadosas personas les obsequien, más en estas fechas.

(To ro to: improvisado instrumento musical de viento y gutural, utilizando un tubo de cartón, donde estuvo enrollado papel sanitario; que puede emitir algunos sonidos musicales - tal cual “beatboxing auxiliar.”-

FELIZ NAVIDAD Y PROSPEROS (esperemos) AÑOS VENIDEROS.

#PARACAMBIARYOMEINCLUYO


 
 

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