Un agresivo intercambio de twitters entre el empresario Rodrigo Bours Castelo y funcionarios del Gobierno del Estado ha puesto en evidencia las fisuras que tenderán a profundizarse dentro de los grupos de poder regionales a medida que se acerque la definición de proyectos y candidaturas con miras a las elecciones del 2018.

Agravios personales y pronunciamientos políticos que rayan en el insulto forman parte de esta contienda que inició con un altercado vía twitter entre RBC y el secretario de Seguridad Pública en el Estado, Adolfo García Morales, a quien pocas horas después se le sumó el secretario de Gobierno, Ernesto Pompa Corella.

Alrededor de ellos apareció el inevitable y nutrido grupo de usuarios de esta red que expresan su apoyo a una o a otra de las dos partes en conflicto, propiciando un alud de descalificaciones que pretenden ser lapidarias pero solo consiguen motivar la curiosidad de los observadores que de inmediato retransmiten entre sus contactos el mensaje más reciente en esta guerra de twitters.

Más allá de los motivos y alusiones personales entre los contendientes, destacan la aguda crítica de RBC al Gobierno del Estado al que acusa de ser indiferente ante la crisis de seguridad pública que se vive en Cajeme, y la respuesta de los funcionarios que no le reconocen al empresario autoridad moral para esgrimir sus críticas.

Detrás de este enfrentamiento los observadores creen hallar el motivo real de Rodrigo Bours en su necesidad de distanciarse del gobierno priista para construir su candidatura a la presidencia municipal de Cajeme, una candidatura que ya intentó sin éxito dentro del partido tricolor y hoy, se dice, buscará como un candidato ciudadano independiente harto de la corrupción gubernamantal, aunque no se descarta su búsqueda dentro del partido Morena.

Pero el ingrediente tal vez más inquietante de esta guerra de twitters podría ser su coincidencia en tiempo con la decisión de los hermanos de Rodrigo, el exgobernador Eduardo y el exalcalde Ricardo, quienes se han integrado al grupo político que encabeza el senador Ernesto Gándara.

Una alianza con Gándara se entiende en la política sonorense como una toma de distancia respecto a la gobernadora Claudia Pavlovich y a lo que ella representa, el beltronismo.

El 2017 es año de definiciones y amarres de candidaturas. La presente guerra de twitters es apenas el comienzo de otros enfrentamientos que tal vez más soterrados, "en los oscurito", habrán de surgir entre la clase dominante de Sonora.