Los futboleros mexicanos probablemente empezaron el día con ilusión y lo terminaron con un gusto amargo.

Es que en el "histórico" anuncio de este lunes de la candidatura conjunta entre México, Estados Unidos y Canadá para organizar el Mundial de 2026, enseguida quedó claro que sólo uno de los países será sede de la mayoría de los partidos.

A mexicanos y canadienses les tocaría organizar apenas 10 encuentros cada uno mientras los estadounidenses recibirían 60 cotejos.

Además, a partir de cuartos de final en adelante se jugaría sólo en Estados Unidos, así que los que soñaban con una final en suelo mexicano se van a quedar con las ganas.

Todo en condicional porque es la FIFA la que deberá decidir sobre el formato propuesto en caso de otorgarle el Mundial a estos tres países, algo que no se sabrá hasta mayo de 2020.

"Es su torneo", dijo el presidente de la federación estadounidense de fútbol, Sunil Gulati.

Sí sería una Copa del Mundo inusual: la primera con 48 equipos tras la decisión de ampliar el cupo de 32, la primera organizada por tres países, y la primera vez que un país, México, recibiría un Mundial en tres oportunidades.

Pero esta vez el estadio Azteca de la capital mexicana, escenario de memorables finales en 1970 y 1986, no albergaría más que partidos de la fase de grupos y la ronda siguiente.

El anuncio no cayó bien en parte de la prensa deportiva mexicana.

"Por dignidad, México debería retirar su candidatura al Mundial 2026 antes de presentarla. 10 juegos de 80 y ninguno de CF (cuartos de final) en adelante ¡RIDÍCULO!", escribió el Twitter el periodista de ESPN, León Lecanda.

El diario deportivo Récord, el de mayor influencia en México, tituló: "A México le tocarían migajas".

Curiosamente, o no, en el sitio web de la Federación Mexicana de Fútbol no se habla de la anunciada distribución de los partidos.

Su presidente, Decio de María, explicó los motivos de los 10 partidos: "México y Canadá para hacerlo solos requerirían un nivel de inversión importantísimo. (Dada) la situación actual y en el corto plazo no se ve fácil un compromiso tal de inversión".

"El número de juegos siempre va a ser tema de discusión", afirmó. "Diez, 14 o 25, al final del día hoy es lo que es. En el futuro podrá cambiar, no de manera importante, pero podrá cambiar".

Y agregó: "Creo que para México y el futbol mexicano ser parte de un proyecto de esta naturaleza será importante".

El apoyo de Trump

En medio de las tensiones entre México y Estados Unidos por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Gulati aseguró que el proyecto mundialista cuenta con el visto bueno del mandatario.

"No nos vamos a meter mucho en política, lo que sí puedo decir es que el presidente nos apoyó y hasta nos pidió que México se metiera a la candidatura", afirmó.

"Apoya plenamente la candidatura conjunta, alentó la candidatura conjunta y está especialmente satisfecho con el hecho de que México esté participando en la candidatura conjunta", señaló el directivo.

"Soñar con ser el primer país en organizar por tercera ocasión una Copa del Mundo nos llena de alegría y nos compromete a brindar lo mejor de nosotros. México se ha caracterizado por ser un magnífico anfitrión en cada uno de los eventos FIFA que ha organizado, como lo hicimos en 1970 y en 1986", dijo De María.

La Concacaf (que aglutina a las federaciones de América del Norte y Central más el Caribe) está bien posicionada para organizar el Mundial porque las normas de la FIFA fomentan la rotación continental. Rusia organizará el torneo en 2018 y Qatar en 2022, por lo que Europa y Asia estarán fuera de competencia.

De esta forma, la Concacaf sólo podría enfrentar candidaturas de Sudamérica, África y Oceanía.

En Sudamérica, que viene de organizar el torneo en Brasil 2014, hay interés de volver a ser sede en 2030. Sería conjuntamente en Argentina y Uruguay por el centenario de la primera Copa del Mundo, celebrada en la capital uruguaya, Montevideo, en 1930.

La candidatura, que se puede presentar hasta diciembre de 2018, fue anunciada en el One World Trade Center de Nueva York, en un evento en el que participaron los presidentes de las tres federaciones.