Deportistas empresarios
AL BAT: Jesús Alberto Rubio
Jueves 27 de Abril de 2017

Carajo: Le robaron otro bat a la estatua de Héctor Espino. ¡Qué chulada! ¿Y las autoridades?: Muy bien, gracias, que para nada les importa que la escultura siga ahí, abandonada en paraje solitario. Un día, verá, desaparecerá “como por arte de magia”.

 

“El Toro” con Tigres de QR

¿Seguimos con el tema de aquellos jugadores que incursionan en inversiones diversas?

Para empezar, el doctor Tomás López me precisó esta mañana que Fernando Valenzuela es quien se convirtió este año en el nuevo propietario de los Tigres de Quintana Roo, no de los Leones de Yucatán, lo cual se agradece por corregir mi “laguna mental”. Le digo.

El colega Carlos Castillo, desde Mérida, también me lo advirtió. Lo mismo que Felipe Silva y Juan A. Jasso. Creo que necesito unas vacaciones… (o un descanso mental, mínimo).

Sobre el tema, el doctor López me dice: Don Jesús. La carrera del beisbolista es muy corta ya que para muchos se acaba entre los 35 y los 40 años, una edad donde los demás profesionistas apenas están alcanzando su mejor etapa productiva.

Me vienen a la mente dos casos, uno de éxito y otro de fracaso.

Uno de los primeros beisbolistas que tuvo visión de negocios fue el legendario Ty Cobb quién invirtió su dinero en diferentes compañías y llegó a ser importante accionista  de Coca Cola, además realizo fuertes inversiones en el mercado bursátil y de bienes raíces, comentándose que a su muerte dejó una gran fortuna.

Por otro lado, está el caso del lanzador  Curt Schilling quién luego del retiro abrió una empresa dedicada a producir videojuegos donde invirtió alrededor de 50 millones de dólares (los ahorros de toda su vida, comentó el mismo) y lamentablemente los resultados fueron desastrosos, llevándolo a la quiebra.

En México varios jugadores han incursionado en la industria de elaboración de guantes y bates como Ángel Moreno, Esteban Loaiza y Miguel Ojeda. Juan Gabriel Castro a la par de su trabajo con Dodgers promueve una nueva compañía de telefonía celular.

Un caso notable es el de Arturo González quién invirtió parte de sus ganancias en concesiones de taxis, bienes raíces y diferentes negocios en el ramo comercial en su natal Monterrey.

En Hermosillo, tenemos el caso de Fausto Domínguez, quien jugó algunos años tanto en LMB  como LMP y luego fundó una empresa de fabricación de guantes, los cuales son muy conocidos en el medio beisbolero”.

Magnífico… Bien, mi doc.

Le comento que también Miguel Sotelo tuvo en Hermosillo, ya retirado, una fábrica/tienda de confección y venta de uniformes de béisbol y siempre le fue muy bien.

Recuerdo también a Mario Ariosa, ex jugador del Águila –miembro del recinto sagrado del beisbol mexicano—con su tienda de deportes en el centro de Veracruz.

Guillermo “El Huevito Álvarez, en Culiacán, fue propietario de una cantina (¿0 restaurant, Bernabé?).

 

ADOLFO ROBERTO PÉREZ VALDÉS:

Estimado Alberto, colega universitario de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (FACYTC) de la Universidad Veracruzana: tenemos también a los renombrados futbolistas de soccer, procedentes de Argentina, los afamados Héctor y David Siles y quienes militaron en los Tiburones Rojas durante la era de Don Pepe Lajud.

En su retiro se hicieron del prestigiado restaurant EL Gaucho, y también impulsaron un equipo de tercera división junto a Martha Lajud, heredera de Don Pepe. En mis fines de semana al cursar la licenciatura en Periodismo Impreso de la FACYTC trabajé de mesero en ese restaurant.

Otro ex tiburón rojo que fue empresario: Jesús "EL CHARRO" García, guardameta de los Escualos, igual, de la época de Don Pepe Lajud. Fue propietario de tortillerías automáticas en el puerto.

Ok. Le digo que Enrique Rivas, técnico del Escualo en los años 80 tuvo también un gran hotel –incluyendo su bar, claro-- ahí contra esquina de Los Portales de Veracruz, por Zaragoza y frente a la Plaza de la República. 


 
 

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