Llegó el día y con él la noche de la pelea más esperada por la afición mexicana en los años recientes.

Desde la trilogía de enfrentamientos entre Erick "Terrible" Morales y Marco Antonio Morales, la última pelea fue el 2004, ningún enfrentamiento entre dos boxeadores mexicanos había despertado tanto interés, tanto morbo podría decirse, como el que esta noche protagonizarán Julio César Chávez y Saúl "Canelo" Álvarez.

En este día qué podemos decir que no se haya dicho ya en la televisión, el internet, radio y prensa, en todos los medios que hoy están ocupados en este evento que se llevará a cabo, como parece inevitable, en Las Vegas, Nevada.

Más allá de los aspectos técnicos del boxeo, de la personalidad de ambos contendientes, con un J.C. Chávez jr. que por fin se preparó como debe ser, con mucha disciplina, y un "Canelo" Álvarez, favorito de los conocedores, más allá de eso está el sentimentalismo de la afición, sobre todo la de Sonora, que se inclina por el hijo de "La Leyenda" J. C. Chávez, el más grande de todos los tiempos en el boxeo mexicano, según se ha dicho para generar una polémica que no tiene fin.

No sólo en los medios de comunicación, también durnate las pláticas en la oficina, en la fábrica y en la calle, en las reuniones familiares, en todas parte no se habla de otra cosa más que de la pelea de hoy.

Olvídemonos un momento de las bochornosas historias de la política mexicana, dejemos a un lado las deudas pendientes y las preocupaciones que nos siguen a diario, y dispongámonos a disfrutar el combate. Esta noche México se detiene, México para y se entrega a la pasión deportiva.

¡Que gane el mejor!