Las multas por quema de gavilla podrían ser un buen ingreso para las arcas municipales si se aplicaran y cobraran dichas sanciones estipulada por las leyes ambientales.
Tan sólo en el 2016 se reportaron 12 multas con un valor total de 363 mil 190 pesos, multas impuestas no en toda la temporada de cosecha y poscosecha de trigo sino únicamente en cuatro días: 16, 17, 19 y 23 mayo de 2016, según consta en un oficio firmado por Elioth Encinas Noriega, enlace de Transparencia de la Secretaría de Imagen Urbana, Servicios Públicos y Ecología, encargada de aplicar las sanciones.
El oficio es el SA-DS-309/2016 enviado al secretario del Ayuntamiento, Armando Alcalá Álvarez para que éste presentará la información solicitada por un particular a través de la oficina de Transparencia.
Es sabido que la quema de gavilla dura más días y son más casos que los mencionados en ese oficio, pues el propio director municipal de Ecología, Heliodoro Encinas Navarro, afirmó que el año pasado se habían aplicado 24 multas por esta práctica que daña al medio ambiente y a la salud de la población.
Y de esas 24 multas, sólo se pagaron 4, precisó Encinas quien dijo desconocer la razón por la que no se cobraron las otras 20. "Pregunten en la Dirección de Ingresos", dijo a los reporteros.
Con los datos proporcionados en el referido oficio y por el director de Ecologia, es evidente que la administración municipal ha dejado ir la oportunidad de conseguir ingresos extras que si bien no tienen un impacto decisivo en el total de los cobros municipales por toda clase de multas, tampoco son insignificantes, menos aun cuando se busca sanear las finanzas del gobierno municipal, que recibió una fuerte deuda con proveedores por parte de la anterior administración.
Esta última, por cierto, también menospreció los ingresos que hubiera obtenido por la misma vía pues durante sus tres años de ejercicio pues sólo aplicó seis sanciones por quema de gavilla, aunque sin especificar cuáles cobró, de acuerdo con el oficio mencionado.