Tan vieja como la manta que exhiben así es la lucha de los ahorradores de El Arbolito, un grupo de personas que este jueves salieron una vez más a exigir que se les regrese lo que era suyo, miles y millones de pesos que perdieron de manera impune.
Hace apenas dos días, el pasado lunes, abordaron a la gobernadora Claudia Pavlovich en Bácum para perdirle que interceda por ellos. Le recordaron que cuando ella estaba en campaña para ser senadora les había prometido buscar una solución para los miles de ahorradores defraudados, solución que siguen esperando.
Así durante 18 años todo tipo de candidatos a algo, políticos y abogados oportunistas les han prometido resolver el caso y en cada intento la respuesta ha sido la verborrea engañosa de funcionarios.
Rigoberto Guillén Rodríguez, representante de los ahorradores en esta ciudad, refiere que ellos eran parte de las casi 75 mil personas que habían depositado su capital en la sociedad de crédito y ahorro El Arbolito, donde les pagaban atractivos intereses que permitían incrementar el capital invertido o tener una renta decorosa para vivir sin presiones económicas. Para la gran mayoría ese capital era todo lo que habían reunido durante una larga vida de trabajo y sacrificios.
Una día de 1999 despertaron con una trágica noticia: Sus ahorros de toda la vida se habían esfumado. El Arbolito fue declarado en quiebra y ellos, socios al fin y al cabo, debían asumir el descalabro financiero, mientras otros, aquellos que habían recibido préstamos, se quedaban con la oportunidad de alargar o de plano no pagar la deuda.
Miles de millones de pesos se esfumaron sin que las autoridades de entonces investigaran hasta encontrar a los responsables y castigarlos con cárcel. Desde entonces en 18 años sólo unos cuantos personajes han sido enjuiciados y declarados culpables, pero no se tocó a los grupos políticos que evidentemente estaban detrás de esta empresa.
La noticia provocó crisis nerviosas, depresiones, enfermedades y conflictos legales a una gran mayoría de los defraudados. Hubo casos como el del hombre al que se le desarrolló una aguda diabetes por la desesperación de haber perdido todo y no poder rescatar nada. Otros perdieron a su familia y se habla de intentos de suicidio. Miles han muerto durante este tiempo sin vovler a ver sus ahorros. Una tragedia colectiva que dañó a miles de personas, una historia más de la impunidad del poder.
Rigoberto Guillén vuelve a la carga con un grupo de ahorradores que mantienen la esperanza de recuperar lo perdido. Refiere casos cercanos, de cajemenses que perdieron 100 mil, 300 mil; él perdió 600 mil pesos, y otros, millones de pesos; el daño parece haber sido más fuerte para quienes menos tenían. Es natural.
A través de los años se resolvió el caso de miles de defraudados, pero también quedaron miles sin respuesta y nadie les asegura que recuperaran sus ahorros.
Ahora, parados en la vía pública, Rigoberto y sus acompañantes muestran una manta con la exigencia de justicia. Exhiben el texto completo escrito sobre la tela, pero tapan una esquina, donde se indica que la petición se la hacen al presidente Vicente Fox.
Una manifestación más, la misma desde hace 18 años, entonces para qué cambiar de manta.
Ahora en Bácum la Gobernadora los escuchó, tomó la petición escrita y la turnó a su secretario de Gobierno, Miguel Pompa Corella, quien seguramente la turnó al archivo de peticiones donde podría durar otros 18 años sin la respuesta esperada.