Sin mediar explicación, trabajadores municipales, al parecer, talaron árboles ubicados en el perímetro de la Laguna del Náinari, junto al campo deportivo del Itson.

Árboles que tardaron muchos años en crecer y daban sombra a los paseantes que acuden a ese lugar, fueron cortados afectando el paisaje y la ecologìa,

Hace apenas unos años, en el interior del Parque Infantil Ostimuri, la empresa que obtuvo la concesión para instalar un "Safari" en ese sitio, taló varios árboles gigantescos con el pretexto de que estorbaban al diseño del proyecto.

La empresa se fue, no volvió y donde había árboles y sombras quedaron espacios abiertos que dan un aspecto deplorable.

También fueron eliminados árboles en el interior del Deportivo Álvaro Obregón, en el área contigua a la Laguna, para instalar estructuras metálicas sobre una cancha de voleybol.

En realidad todo indica que se tumbaron esos árboles sólo para justificar el dinero invertido en la construcción de las estructuras metálica, un gasto extraordinario para una administración que se quejaba de no recibir recursos.

Como estos casos y ahora el de los árboles talados en el perímetro de la Laguna, ocurren otros similares ante la complasencia de las autoridades de Ecología.

En todos estos casos reina la impunidad que protege a funcionarios y sus socios.