Cada aumento de la tarifa del transporte urbano disminuye aún más el poder adquisitivo de los trabajadores, la mayoría de la población mexicana. El porcentaje de los salarios que se destina al pago de transporte es cada vez mayor.
Hace un año, el 1 de julio de 2016, aumentó la tarifa del transporte urbao un 12% en el Estado de Sonora.
Hermenegildo Gutiérrez Obeso, subsecretario de transporte de la CTM estatal y miembro del Consejo Ciudadano del Transporte del Estado, fue el encargado de anunciar dicho aumento que rebasó con mucho el que tuvo el salario mínimo ese año, alrededor del 5%.
El 5 de enero de 2017, ante la presión de los concesionarios por un nuevo aumento, la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano rechazó esta opción argumentando que "el ciudadano no puede asumir más cargas en sus bolsillos, no habrá aumento de tarifa de transporte público por lo menos en los próximos tres meses".
El Gobierno del Estado, dijo Pavlovich en esa ocasión, asumirá el costo del incremento en el combustible por lo menos durante los tres primeros meses de este año, y será en reunión con los concesionarios donde se planteará la estrategia para que los usuarios no se pagando más.
Hoy, a un año del incremento del 12%, está próximo un nuevo ajuste a la tarifa y se prevé que será cuando menos en un porcentaje similar o más alto.
De confirmarse este incremento, el salario de los trabajadores perdería aún más su poder adquisitivo pues los aumentos salariales de este año han sido entre el 6% y el 10%, los más favorecidos.