La amiga Susana
Sergio Anaya
Sábado 19 de Agosto de 2017

La amiga Susana

Sergio Anaya

El viernes se realizó el encuentro entre las gobernadoras de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano, y la de Nuevo México, Susana Martínez.

Como era de esperarse las declaraciones de ambas mandatarias coincidieron en la disposición de sus gobiernos para impulsar el intercambio económico y la colaboración en diferentes temas, incluyendo el académico y cultural.

Hubo además una reunión de mujeres sonorenses con notoriedad política, Silvana Beltrones entre ellas, quienes intercambiaron conceptos e ideas con Martínez, en un evento de relumbrón sin más provecho que el lucimiento de las participantes.

Los elogios vertidos por parte de las sonorenses a la gobernadora de Nuevo México y la abrumadora información de los medios oficialistas sobre una relación ejemplar, parecían destinados a ocultar el verdadero rostro de Susana Martínez, una de las más fervientes impulsoras de la política antiinmigrantes y antimexicana de Donald Trump.

Mientras el Gobierno de Sonora habla de una relación idílica entre Claudia Pavlovich y sus homólogos de Arizona (Doug Ducey) y Nuevo México (Susana Martínez), adelantando una "Mega Región" con desarrollo compartido, Ducey y Martínez no se andan con rodeos cuando se pronuncian a favor de la persecusión y deportación masiva de indocumentados ordenada por Donald Trump.

En la parte sonorense el oficialismo grandilocuente habla de una nueva y feliz relación con esos estados de la Unión Americana, y ya desbordados por su entusiasmo los voceros oficiales adelantan incluso que la iniciativa de nuestra Gobernadora será un modelo a seguir para fortalecer el intercambio con otras regiones del mundo, como la de Asia Pacífico.

Acostumbrados a los excesos de la información gubernamental que cotidianamente rinde culto a la personalidad de la Gobernadora, no podemos pasar por desapercibido que Pavlovich, abocada a los temas económicos, no ha hecho un pronunciamiento franco, ni siquiera lo ha intentado, para reprobar las acciones de Doucey y Martínez contra los miles de indocumentados que viven en sus respectivos estados, y sobre todo en Arizona donde la mayoría son de origen sonorense.

Ni siquiera las reglas no escritas de la diplomacia justifican el silencio que guarda el Gobierno de Sonora frente a la tragedia que enfrentan nuestros paisanos y que amenaza con profundizarse bajo la sombra del trío Doucey - Martínez - Trump.


Con esos amigos

La política de odio contra los migrantes indocumentados fue promovida por Martínez en Nuevo México incluso antes del arribo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.

Desde sus primeras incursiones en la política y después como candidata al gobierno de Nuevo México, esta descendiente de inmigranes mexicanos forjó su carrera con el discurso contra los indocumentados.

"Estoy en Nuevo México y al otro lado de la valla está la capital mundial del crimen", afirmó en su campaña electoral adelantándose a las declaraciones antimexicanas de Donald Trump.

En el 2011 ya como Gobernadora declaró que Nuevo México no sería un estado santuario y fortaleció su retórica contra los indocumentados.

En ninguna línea de los medios de comunicación regionales se refiere algún cuestionamiento a esta postura de odio contra los inmigrantes por parte de Susana Martínez.

Por el contrario, fue exaltada como un ejemplo de amistad con Sonora y los sonorenses, una entidad que exporta a muchos indocumentados perseguidos por las leyes que respalda la gobernadora de Nuevo México.

Si bien hay reglas no escritas en el protocolo de este tipo de encuentros, una de ellas el no tocar los asuntos "espinosos" para quien es el o la invitada, el silencio y la andanada de elogios para Martínez por parte de la clase política sonorense y casi la totalidad de los medios de comunicación sonorenses, representan una actitud colecitva de sumisión vergonzosa.

 
 

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