“Déjà vu”, palabra francesa se usa para describir algo “ya visto” (déjá vu” - “deiya vu”), una sensación onírica (como un sueño), una experiencia ya vivida con anterioridad, fue acuñada por el parapsicólogo Émile Boirac a principio del siglo pasado. Concepto que no es aceptado por la ciencia: la psicología y la psiquiatría, porque consideran que es una hecho o evento realmente novedoso.
Sin tratar de involucrarnos en algo que le corresponde a los expertos, solo decir que la ciencia define este concepto; como una alteración en la memoria. Para fines de este escrito, lo tomamos como “una película ya vista” u otra cualquier situación que nos resulta ya conocida.
Ejemplo de estas “vivencias” las tenemos en el trascurso de nuestra vida o lo que pasa en nuestro País. Como los sismos del 7 y 19 de septiembre de este año, que para algunos, se repitió la “pesadilla”, sobre todo en los habitantes de la Ciudad de México, del 19 de septiembre de 1985. Aunque este fue de mayores consecuencias. En ambos sismos se observó la misma solidaridad de la población, ante la angustia y desesperación de las familias que sufrieron pérdidas humanas y materiales. La población civil rebasó en apoyos, sin menos preciar, a los de las autoridades y del ejército mexicano; hubo muchos actos de solidaridad de otros países, de empresarios y de personajes distintos.. Pero también la sospecha (tal vez fundada o no) de los desvíos de recursos asignados para los casos de desastres, la operación “hormiga de la rapiña”, de gente insensible, sin escrúpulos e inclusive de algunos gobiernos o delegaciones. Quizás muchos sobrevivientes del sismo de 1985, revivieron esos momentos de angustia; tuvieron la sensación de es “DÉJÁ VU”; a pesar que algunas de estas personas, desde aquel entonces no residen en la Ciudad de México.
A dos meses de los sismos de septiembre pasado, gran parte de la población que perdieron a familiares y sus viviendas, siguen con el dolor de las pérdidas filiales, algunas familias todavía no se les resuelve el problema de casas, viviendo en albergues o en casas de campaña, a la intemperie, a pesar de la intencionalidad del gobierno de resolver lo más pronto posible este sentido y real problema; que algunas delegaciones afectadas, en donde para estas fechas se están produciendo connatos de agresividad, por la impotente desesperación de la población afectada.
También ha salido a relucir los actos de corrupción, con los permisos de construcción, de los edificios afectados, porque algunas constructoras no se apegaron fielmente a la normatividad legal en la construcción de los “inmuebles que movió el sismo”. Hoy como ayer el flagelo de la corrupción en México se hace evidente.
Pero también ese “DÉJÁ VU”, se puede adaptar en la política, de lo que ha acontecido en nuestro País a través de los años. Tal como se observó en los sismos, las “buenas intenciones“en la política, son opacadas por los actos de corrupción. Aunque muchos años atrás, cuando solo gobernaba, hegemónicamente un partido, la población se acostumbró al “déjá vu”, ante la corrupción de los políticos. Aunque esta es más frecuente que los terremotos. La misma telenovela política, repetida cada seis años. El casi “olvidado” tapado, futuro presidente, designado por el presidente en turno, cuando menos hasta Carlos Salinas de Gortarí, quien designó a Colosio y ante el asesinato de éste, optó por Zedillo, fue o es un “déjá vu”. Al termino del mandato del presidente Zedillo (1994) y ante las desbandada que hubo en el PRI en 1988, iniciaron los intentos de los procesos democráticos al interior del partido (Tratando aparentemente de desaparecer al o los Tapados dentro de la camarilla del poder), Dando paso a la incipiente y deficiente democracia en el País, cuando menos por dos sexenios de alternancia, pero para un solo partido (PAN), aunque en realidad aquellos nunca se fueron, sino que se infiltraron, siguieron dentro del poder.
Quizás la mayor parte de la ciudadanía, espera en el 2018, que el PRI tenga el doble “Déjá Vu”: el del 2000 y 2006.
Quizás el actual, tres veces candidato AMLO, que es un hecho (hablando en el lenguaje beisbolero, que va por la tercera y quiere llegar esta vez a home), haya sentido también el Déjá Vu, de las pasada elección del 2006 y espera no padecer la del 2012, en las próximas del 2018.
También en Cajeme, muchos esperan que los que volvieron a la presidencia, tengan en las próximas elecciones, esa misma sensación de “algo ya visto”, cuando perdieron el municipio con los partidos de oposición (PAN, PRD, PAN). Pero muchos panistas de Cajeme, tampoco quieren tener las anteriores pesadillas, de que les impongan candidatos externos, de esos que si los meten en un tambo de 200 litros con pintura azul, salen de color rojo rutilante. (Frase plagiada al Dr. Jesús Meza L. ex panista).
En el plano deportivo olímpico y futbolero, México, también ha tenido esa experiencia de lo ya vivido, en juegos pasados, quizás sueñan con las angustiantes derrotas.
El equipo de base ball, de Ciudad Obregón; los Yaquis, ya están sufriendo el “Déjá Vu”, de los años anteriores, de cuando fueron tres veces campeones consecutivos. Espero que despierten de ese angustiante periodo onírico y empiecen a ganar juegos. Porque si no, esa sensación de lo ya vivido con anterioridad, se la transmitirán a la afición. “Comment allez vous”(cómo está usted ). ¿Puede haber “déjá vu” felices?
#PARACAMBIARYOMEINCLUYO.Dr. Campa
Ciudad de México. 9 de noviembre de 2017 raulhcampag@hotmail.com