Con el canto de Amigo fue despedido el cuerpo del obispo emérito Vicente García Bernal luego de la misa de exequias que se celebró la tarde de este martes en la Catedral de Ciudad Obregón. 

A la celebración acudieron Ulises Macías y Ruy Rendón Leal, arzobispo emérito y arzobispo de Hermosillo, así como Juan Manuel Mancilla actual obispo de Texcoco y quien fuera el V obispo de Ciudad Obregón luego de que Vicente García renunció en 2005. 

En el inicio de la misa el féretro con el cuerpo del obispo emérito fue revestido con la casulla y después se colocó la mitra y el Evangeliario y a un costado el báculo que usó durante los 17 años que fue pastor de esta diócesis.

En su homilía el obispo Felipe Padilla recordó a Vicente como un hombre que vivía plenamente en la esperanza. 

“Él encarnó dos virtudes: fue un hombre que siempre caminaba ordenaba su vida cercano a Dios, siempre estuvo cercano a Dios porque su manera de tratar a las personas era el reflejo de la presencia cercana de Dios en él”, mencionó. 

La segunda virtud, dijo, es que, vivió en una generosidad sin límites porque era capaz de dar todo por quienes amaba. 

“El se entregaba profundamente y vamos a agradecer a Dios porque nos ha dado un Buen Pastor y va a estar entee nosotros en una dimension diferente, ahí  donde no hay distancia tiempo ni espacio” resaltó.

Terminada la ceremonia el cuerpo de Vicente fue cargado por sacerdotes mientras las personas que llenaron Catedral lo despedían con aplausos y lágrimas. 

El féretro fue trasladado hasta el área de criptas donde se construyó un nicho especial en el que descansará para siempre.

Antes de dar la bendición Ruy Rendón Leal, arzobispo de Hermosillo expresó la solidaridad de la Iglesia de México hacia la Diócesis de Ciudad Obregón. 

Después Felipe Padilla despidió a  Vicente García Bernal diciéndole “nos vemos en el cielo”. 

Me enseñó a amara esta tierra: Obispo Mancilla

Juan Manuel Mancilla Sánchez quien fuera obispo de Obregón al terminar el periodo de Vicente García Bernal, lo recordó como un hombre difícil de imitar pues tenía una sencillez que pocas personas pueden alcanzar. 

“Cuando llegue aquí como Obispo de Obregón Vicente me dijo que amara la Diócesis de Obregón que los amara, que me entregara porque él los amó mucho. Yo traté de aprender de él y no de imitarlo porque era difícil ser como Vicente fue” resaltó Mancilla Sánchez.