Gandes, bellos y frondosos, así eran los árboles del camellón central en la calle 200, entre París y Michoacán.
Muchos años tardaron en crecer, pero en unos cuantos días han sido derribados por trabajadores municipales.
El motivo ya se sabe: La tala de estos árboles obedece a la necesidad de introducir drenaje pluvial y agregar dos carriles más para la circulación vehicular.
Con este tipo de argumentos se destruyen las áreas verdes de la ciudad sin que nadie levante la voz para protestar. |