La Biblia del Béisbol
Jesús Alberto Rubio / jarubio@guaymas.uson.mx
Lunes 24 de Marzo de 2008
Teniendo encima “El Informe Mitchell” y esos horribles esteroides para el béisbol, lo cierto es que estamos de frente a la campaña 2008 de Ligas Mayores y por supuesto todos contentos esperando el arranque de las incidencias.
En este contexto, especialmente falta saber el destino de Barry Bonds (y Roger Clemens); sin embargo, habrá que esperar porque el caso de perjurio y obstrucción de la justicia de Barry fue aplazado tres meses.
Incluso, vamos a ver hasta dónde llega lo que parece una investigación que realiza la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas para saber si hubo o no “complot” entre los propietarios de los equipos para no contratar al nuevo rey del jonrón (762).
También, surge una vez más la expectativa si este año termina la “Maldición de la Cabra” que cierrne sobre los Cachorros de Chicago que no se coronan en un clásico otoñal… desde 1908.
Por ello, ¿qué tal si nos vamos de viaje hacia la primera década del béisbol de la Gran Carpa, especialmente la temporada de 1908 para unirnos en el tiempo a través de la prodigiosa acumulación de un centenario?

La Biblia del Béisbol
Para escribir esta temática, me comuniqué con el colega historiador Angel Torres, autor del libro “La Biblia del Béisbol”, obra que por cierto en febrero pasado me hizo llegar desde Pico Rivera, California, lo que aprovecho para agradecer tan noble gesto de amigo.
Angel nos dice que su libro fue considerado el de mayor influencia en el béisbol en la década de los ochenta porque fue el primero con la historia de las dos ligas juntas con anécdotas y más de 90 box scores entre los más famosos en la historia del deporte rey.
Fue el primero y el único libro de béisbol de las Grandes Ligas escrito en ingles por un latino y se vendió en lugares tan distantes como en librerías holandesas y también en el gift shop de Cooperstown; “por ahí tengo los recibos que lo prueba”.
Vin Scully dijo por televisión con la Biblia en las manos, que él nunca pensó que ningún extranjero tenía tantos conocimientos de la pelota de las Ligas Mayores como el autor. Apareció en portadas de revistas, etc.
De ese libro surgió mi sobrenombre de la Biblia del Béisbol, de lo cual me siento muy orgulloso: Angel”.
De su obra, con la autorización de Angel Torres, entre otros datos recogidos aquí y allá, le entrego esta columna que nos traslada hacia lo acontecido en aquella histórica campaña:
¿Me acompaña?

Bien: Para empezar, Angel apunta que la temporada de 1908 fue la más productiva de aquellos primeros ocho años del siglo 20 las Ligas Mayores.
Y añora:
En esa época se recitaba el poema “Casey at the Bat” (Casey al Bat), escrito en 1888 por el ex estudiante de la Universidad de Harvard, Ernest Thayer y popularizada en los escenarios por Dewolf Hopper.
También en aquella temporada hubo una renovada oposición a que se lanzara la bola de saliva (spitball) y a los pítchers se les prohibió echarle tierra y marcar (rayar) las pelotas nuevas con las uñas o algún objeto metálico.

Roger Bresnahan
Aquel 1908 será recordado porque el receptor Roger Bresnahan, el primer receptor inmortalizado en Cooperstown (1945/Murió al siguiente año), utilizó por primera vez el uso de las espinilleras (“shingalas”, sólo para descubrir que Charles “Red” Dooin (1879-1952) las había utilizado anteriormente.
Bresnahan, “El Duque de Tralee”, fue jugador y manager entre 1887 y 1915, ganando gran reputación en aquellos años por ser el receptor favorito del extraordinario Christy Mathewson.

Récord de Cleveland
Esa temporada, el 9 de junio, Cleveland le ganó 15-6 a Boston estableciendo nuevo récord en Ligas Mayores cuando en el quinto episodio cada uno de sus jugadores conectaron de hit y también anotaron.
En ese inning los Indios pegaron nueve hits consecutivos y anotaron diez carreras ante George “Sassafras” Winter y Ralph Glaze.
Los nueve héroes de aquella jornada fueron: Josh Clarke (LF), Hill Bradley (3B), George Stovall (1B), Napoleón LaJoie (2B), Nig Clarke (C), hill Hinchman ((SS), Charles “Piano legs” Hickman (RF), Joe Birmingham ( (CF) y Heinie Berger (P). LaJoie fue el manager.

El segundo juego perfecto
Bueno, esa vez, el 2 de octubre, Addie Joss, de los Indios, lanzó lo que fue el segundo juego perfecto del siglo venciendo 1-0 a Chicago y a Ed Walsh, quien también estuvo sensacional abanicando a 15 aborígenes en ocho innings.
Cy Young había inaugurado este “truco” del béisbol moderno en la Liga Americana lanzando para Boston el 5 de mayo de 1904 cuando lanzó perfecto ante los Atléticos de Filadelfia a quienes venció 3-0 y a su estelar Rube Wadell.

Cuando no usaban guantes…
Cabe recordar que el primer juego perfecto del béisbol se lanzó cuando aún no se usaban guantes.
Lo hizo ante Cleveland John Lee Richmond el 12 de junio de 1880 lanzando para el Wocester de la Liga Nacional.
El segundo de la historia fue tirado sólo cinco días después, 17 de junio, cuando John Ward, del Providencia, retiró a los 27 hombres del Búfalo en forma consecutiva.

Cy Young
El 30 de junio, el inmortal Cy Young impactó ante los Highlanders (hoy Yankees) con su tercer juego sin hit de su carrera de sus 511 triunfos, la marca de todos los tiempos. Fue el primero en lograr no hit ni carrera en ambos circuitos.
El 20 de septiembre Rube Waddell abanicó a 17 por segunda vez en su notable carrera; lo hizo en diez episodios ante San Luis y sus Senadores de Washington ganaron 2-1. Venció en el duelazo a Walter Jonson.
Waddell también empató su propia marca de más ponches en extrainnings el para un lanzador zurdo de la Liga americana.
Antes en 1905 lo había hecho con los Atléticos de Filadelfia. En 1971, empataría esa marca el gran Vida Blue, de los Atléticos de Oakland.

La marfilada de Merkle
También fue la campaña en que se produjo la famosa marfilada del primera base Fred “Cabeza de hueso” Merkle, que le costó el campeonato a los Gigantes de Nueva York ante los Cachorros de Chicago.
La historia ocurrió así: el 23 de septiembre en el Polo Gounds de NY había dos outs al cierre del noveno y empate a una. Moose McCormick estaba en tercera y Merkle, de 19 años en su segunda temporad de Grandes Ligas, en primera.
Entonces, Al Bridwell pegó línea de hit al centro; McCormick anotó fácil y Fred…¡se fue desde primera al penthouse a celebrar la victoria!
Sin embargo, en medio de millares de fanáticos sobre el terreno de juego, el segunda base Johnny Evers se dio cuenta de lo ocurrido y abriéndose paso entre la multitud pisó la almohadilla de segunda para conseguir así el out forzado.
Con ello, ¡se anulaba la carrera! y comenzaron las protestas, por lo que los dos ampayers decidieron finalmente dejar el partido empatado que para los Gigantes había sido ya una victoria.
Ese juego sería decisivo: de no haberse confundido Merkle, los Gigantes hubieran terminado campeones de la Nacional, un juego arriba de los Cachorros.
Sin embargo, quedaron empatados en el liderato y todo se decidió en un juego extra (Los Gigantes no alinearon a Merkle) donde ganaron los Cachorros 4-2 para llegar a su tercera serie mundial seguida.
Aquel 1908 trascendió por el hecho de que tanto los Cubs como los Tigres se coronaron en un último juego de temporada.
También por el dato histórico de que los Cachorros se convirtieron en el primer equipo de la Gran Carpa en ganar dos series mundiales consecutivas (ante Detroit).
Y, desde entonces, los Cachorros ¡no han ganado otra serie mundial!

Grandes líderes
Aquel 1908 Honus Wagner (.354) y Ty Cobb (324), fueron los campeones bateadores y productores (106 y 101) de la Nacional y la Americana.
El patipálido Ed Walsh, con 40-15 y el Cub Ed Reulbach (24-7), acapararon los títulos como pítchers campeones. Walsh tambien fue el mejor en blanqueadas (12), empatado con Chrsty Mathewson/Nueva York.
Walsh también fue líder en ponches (269) y Mathewson lo imitó con 259. Sam Crawford/Detroit con siete y Tim Jordan, (12) de Brooklyn, se coronaron campeones jonrones.
Y en estafas, Pat Dougherty/Chicago (47) y Wagner/Pittsburgh (53), fueron los amos y señores de la especialidad.

Gira de 40 juegos
En noviembre de ese 1908 los Rojos de Cincinnati fueron a jugar a Cuba donde perdieron siete y ganaron cinco ante el Almendares y el Habana.
También un Equipo de Estrellas a partir del 3 de noviembre partieron del puerto de San Francisco para ir a una gira por Japón, China, Filipinas y las islas de Hawai, regresando hasta el 15 de febrero de 1909.
Fueron 40 partidos, de los que ganaron 37.
 
 

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