La simulación permanece en las formas del Gobierno de Claudia Pavlovich, pese al mensaje electoral del fatídico 1 de julio. Y es que parece que la Gobernadora no lo entendió porque sigue con ese doble discurso, muy proclive de la clase política, en especial la priista.
Porque no es creíble que vaya al CEN del PRI para dar un discurso de expiación sobre las prácticas del partido al que pertenece, pero aquí en Sonora las aplica en la operación política y luego se dice sorprendida por el desdén de la coalición Juntos Haremos Historia.
Si bien las próximas autoridades municipales de Morena recibieron “línea” y procedieron más por intereses partidistas, la realidad es que se trata de una respuesta al albazo legislativo del 8 de agosto, que también obedeció más al interés partidista que del ciudadano.
Suena a burla para sus opositores que la gobernadora de Sonora afirme “que ya se acabaron las campañas y es tiempo de trabajar unidos”, cuando ella fue la primera que rompió el periodo de relax que sigue después oficializarse los resultados electorales.
Porque aunque nieguen la paternidad de la llamada Ley Veto, en el Congreso del Estado nada procede sin el aval del Poder Ejecutivo, no al menos ese tipo de reformas, lo cierto es que la reacción gubernamental fue la que vino a provocar la bitachera morenista.
Cuando apenas habían pasado 15 días de la mayor derrota priista de la historia del estado, en plena borrachera de triunfo de la coalición Juntos Haremos Historia, el gobierno estatal aprovechó para imponer reformas a la Constitución “al vapor y en lo oscurito”.
En un principio se habló de una propuesta de municipalizar el transporte, pero fue una pantalla para esconder otras reformas que buscaban blindar a la única gobernadora mujer del país, quizás con el ánimo de salvaguardar a un adalid de la equidad de género.
Ante las críticas de la opinión pública, la gobernadora de Sonora ordenó a sus diputados, siempre tan disciplinados hasta el servilismo, que no aprobaran las reformas y que primero la socializaran entre la ciudadanía, lo que no ocurrió más allá de los cabildeo$$$ cupulare$$$.
Luego vino la votación del PRI-AN que aprobó las reformas y 10 días después, convocan a los 72 alcaldes electos, seguramente para presumir la foto de que su administración gobierna para todos, como si eso fuera una virtud y no un mandato constitucional.
¿Esperaba la gobernadora que le echaran porras por su actuación contra el equilibrio de poderes? En campaña, Claudia Pavlovich propuso a los sonorenses Otro Sonora Ya! aunque en los hechos insista en otro Sonora igual al padrecismo que tanto combatió sin éxito.
Que alguien le recuerde, pero en quedito no se vaya a incomodar, que en política también aplica la III Ley de Newton –a toda acción corresponde una reacción- y que deje de lucrar con su condición de mujer para victimizarse cada vez que las cosas no salen a su capricho.