MoReNa y el Síndrome de la Jauría
Raúl Héctor Campa García
Martes 05 de Marzo de 2019

Personas a modo, colocados en lugares estratégicos, entre los asistentes; parte del “botín” político que es transportada –acarreada- a los lugares donde el pastor se presente, logran inocular un virulento germen que provoca de inicio: una expectante inquietud, de ver al principal dirigente del rebaño, luego quizás en sinergia con el cansancio de la espera, empiezan a sentir el efecto agudo de la infección y presentan una singular euforia, manifestada por imitar los gritos (porras…pues) indicados por los provocadores (estrategas) que diseminan el virus, causando hasta en los no inoculados el “efecto rebaño” y los gritos frenéticos se generalizan: Vivas, porras, insultos a los contarios, algunos al borde de la rabia (aúllan), según sean las indicaciones y la susceptibilidad individual al efecto del germen patógeno. Diagnóstico: Síndrome de la Jauría. (Campa-García, R.H. Síndrome de la Jauría. Infocajeme.com. 19 de diciembre, 2015)

La propagación de este síndrome, es muy utilizado por los políticos, principalmente cuando el PRI ejercía la hegemonía del poder. El PRI diseminó el contagió a todas las organizaciones políticas; Partidos políticos, líderes sindicales, candidatos y gobernantes de los tres niveles, para que lo difundan a la base ciudadana que los siguen y hasta los mitoteros mirones que acuden a los mitin o reuniones multitudinarias. Síndrome muy socorrido, en las campañas electoreras, para hacerles el caldo gordo a ciertos personajes de la farándula política, arreando siempre, una recua de aduladores.  Ningún pueblo, cuando menos en América latina, se ha salvado, hasta ahora, de este Síndrome. Mal necesario dirán algunos políticos. Pocos ciudadanos se escapan de padecerlo…muy pocos.

 

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al igual que todos los anteriores, conocen perfectamente este contagioso y singular síndrome. Sus seguidores y los dirigentes de su Partido saben cómo expandirlo; a sabiendas que aproximadamente el 80 % de los militantes provienen del experimentado inoculador de este mal (necesario dirán …otra vez), el PRI y operadores de ex militantes de otros partidos,

Es comentado por los medios de comunicación, que en las visitas que ha hecho El Presidente, en estos cien días de su gobierno, a 15 Estados de la República, los gobernadores no emanados de MoReNa han sido abucheados, por los “pacientes” que asisten a estos eventos políticos, infectados por este antiguo Síndrome (puede formar parte en la “taxonomía conductual” … en política). 

Quizás algunos de estos gobernadores, no les alcanzó o no inocularon a sus seguidores con este Síndrome, para contrarrestar el efecto de los signos y síntomas de los presentes. O tal vez por respeto a la Investidura Presidencial y el trato institucional como funcionario público, como cortés y prudentes anfitriones.

El Presidente “intervino para moderar” los aullidos de la Jauría; acción que por supuesto capitaliza para aumentar su popularidad (sin querer queriendo, dijo el Chavo del ocho). En algunos estados, “pidió la anuencia del pueblo sabio” (pero irreverente) para que dejaran hablar o no al Gobernador en turno. El primero que bailó y con la más fea en estas reuniones “de la oficialidad”, fue el de Guerrero, emanado del PRI. En otros el abucheo quizás fue de leve a moderado, como el que le hicieron a la Gobernadora de Sonora, como otro ejemplo.

El Gobernador de Chihuahua, no se escapó de los aullidos de la Jauría, cuando fue a recibir cortésmente al Presidente al aeropuerto. Aunque desde la Presidencia de la República le pidieron a Javier Corral, su participación en el evento oficial, no hizo uso de la palabra, para no exponerse, más (otra vez) a los frenéticos aullidos de los infectados. Quizás muchos de estos, que antes pertenecían al PRI o a otros Partidos, y ahora con MoReNa se les agudizó el síndrome o tal vez se le hizo crónica la enfermedad, ahora en otro “territorio político”. El Gobernador Corral, sabia de esta organizada orquestación de los MoReNistas y por eso no intervino como orador; y ahora lo tachan, los imprudentes chairos, de “descortés” con él Presidente.

Incluso, anda circulando un documento “confidencial” con los colores de MORENA (La esperanza de México), “solo para uso interno”, como Manual para eventos del Sr. Presidente Andrés Manuel López Obrador en los Estados de Oposición. Donde se dan instrucciones para el evento oficial: Logística, Convocatoria, Intervenciones y orden del día (quienes participaran, a parte del Presidente, pero antes el gobernador del Estado visitado): y el último punto; LA AMBIENTACION: 1.- con entretenimiento de dos horas (música, spot de publicidad del Gobierno de México) Hasta aquí bien la “normal operación organizacional del evento”. Ya después como punto 2.- (se solicitó a los “infestados con el Síndrome de la Jauría”), al anunciar la intervención del mandatario Estatal de Oposición ES OBLIGATORIO, emitir sonidos, gritos de desaprobación (abucheos, silbatinas, consignas partidistas etc. (O sea “los aullidos”, característico del Síndrome). 3.- Al tomar la Palabra AMLO. ES O B L I G A T O R I O, apoyar con porras y manifestaciones de alegría (“es un honor estar con obrador”, “López Obrador”, Obrador etc.) Hasta aquí el Manualito de Manuel, tal como si anduviera encampañado ¿O No? 

 (Nota del autor: o sea el síndrome también se manifiesta por un estado bipolar, del aullido rabioso a la alegría).

Algunos fans del Presidente dirán que este manual que circula en los medios, es Fake News…pero ¿Conductas repetitivas en 15 estados de oposición? Como dijo Catón, esta caón, “está bien que hagan versos, pero no odas” … no entendí. Ni modo espero la crítica…por chismoso.

 

raulhcampag@hotmail.com

 

 
 

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