María Isabel y Orlando llegaron puntuales, felices y acompañados de sus familiares al edificio del Gobierno del Estado, donde habrían de contraer matrimonio en el Registro Civil.
Allí estaban, ansiosos por estampar su firma y ser reconocidos como marido y mujer ante la sociedad.
Estaban ya a punto de lograrlo, de hacer realidad el sueño dorado que han soñado desde que se conocieron, cuando llegó un empleado de seguridad y les gritó a todos los presentes que se salieran del edificio, había una amenaza de bomba y por si las dudas había que salir lo más pronto posible.
Así de repente, sin esperarlo, el momento crucial de sus vidas quedó suspendido, Isabel y Orlando tuvieron que salir todavía solteros del edificio y esperar unas horas a que el personal de Protección Civil declarara pasada la emergencia.
Mientras tanto, ellos y sus parientes esperaban ansiosos bajo la sombra de un árbol.
Después de Protección Civil llegaron soldados del Ejército y uno de ellos acompañado por un perro ingresó al edificio para revisar cada piso, cada rincón o mueble donde pudiera estar escondida la bomba anunciada desde el anonimato de una llamada telefónica.
Es la cuarta vez que esto sucede y por fortuna siempre ha sido una falsa alarma, pero hay que cumplir con los protocolos de seguridad.
Pasaron los minutos y las horas, la administración del edificio del Gobierno del Estado debió suspender las actividades laborales definitivamente por este día.
Así Isabel y Rosendo vieron frustrado su romántico intento, hoy no se casaron, seguirán solteros y esperar una nueva oportunidad.
¿Será mañana o pasado mañana, el lunes o el martes?