A sus casi 66 años, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue “chocando la bola” con bastante efectividad, sobre todo si se trata del “diálogo abierto” que mantiene cotidianamente con los medios de comunicación. Su prioridad es batear para el ciclo.
En la mañanera de Hermosillo, el gusto del tabasqueño “de macanear” también se hizo presente, pues prácticamente “bateó” a la mayoría de las preguntas hechas por los reporteros. Más que en un pódium, el mandatario seguramente creyó que estaba en una caja de bateo.
Cañonazo al cuestionamiento de si se limpiarán de oportunistas los gobiernos de Morena, leñazo a la pregunta de si habrá castigos a las empresas por el retraso de las obras en la 4 Carriles y bambinazo cuando se le inquiere cómo va actuar en el asunto de los secuestrados de Vícam.
Muchas de las respuestas, el ex jefe de Gobierno las aderezó con sus recurrentes clases de historia, mezclados con consejos de la Cartilla Moral, toda una estrategia para desinflar las expectativas de los reporteros, siempre ávidos de una frase impactante que sirva como titular.
Eso sí, López Obrador se mostró más cauto cuando una colega quiso saber la fecha en que entregarán la carretera federal 5, que lleva un avance del 98%: ”Por recomendación ya me dijeron que no diera fechas porque me comprometí que estría lista para abril o para mayo y no quedó”.
Varias manos apuntan hacia el cielo, cuando viene el anuncio presidencial inesperado de que me “tengo que ir porque tengo una reunión con los padres de la guardería, nos vemos mañana” y al unísono se escuchó un tenue abucheo de molestia entre la prensa local.
Entonces se armó lo que parecía una subasta, pues surgieron repentinamente las preguntas a capela: presidente qué va pasar con las casetas de cobro, para cuándo empieza la Sader en Cajeme y qué va pasar con el bloqueo de las oficinas de la Sedatu.
López Obrador se baja del pódium, presta oído a los gritos de los reporteros, luego se acerca a ellos interesado, permite el acercamiento mientras avanza con su cuerpo de seguridad, pero hace la finta de toque y luego viene con un swing que busca la barda.
Respuestas lacónicas que no dicen mucho, como suelen ser también a veces las preguntas de los medios. La estrategia de atender sin responder funciona porque permite el contacto con la figura presidencial, pero sin contenido periodístico, solo anecdótico.
Pareciera que hay menos Presidencia Imperial, pero con más Ogro Filantrópico, del cual fue muy proclive la clase política revolucionaria. Inquieta la duda: cuándo y en qué acabará la sobre exposición del líder de la llamada 4T y su estilo personal de informar.