Convertir a la Quintana Roo en calle de un solo sentido puede ser un proyecto atractivo, pero la franja roja definitivamente no será aceptada, Raúl Ayala, presidente de la Cámara Restaurantera (Canirac) 

Si bien existe esta medida en otras ciudades -como Hermosillo-, "Obregón es una ciudad más pequeña y no urge la franja roja".

Más que esta medida, precisa Ayala, lo que preocupa a los restauranteros de toda la ciudad, sobre todo a los que dan servicio de noche, es la inseguridad, que ha golpeado sensiblemente a los negocios.

"Han bajado las ventas, la gente tiene miedo a los asaltos, a los robos, y ya no acude como en otra época, lo piensan antes de salir de noche".

Además a los empresarios restauranteros les preocupa la inseguridad porque el sector tiene un parque aproximado de 150 motocicletas que se deterioran más rápido de lo normal debido al mal estado de las calles, al exceso de baches que provocan daños a las motos y son un riesgo de accidentes.

La comida que llevan los repartidores también resulta dañada pues se revuelve con los brincos que dan las motos por el mal estado de las calles y eso no les gusta a los clientes.

Ayala reiteró que antes de hablar de franjas rojas las autoridades deben comprometerse con un programa intensivo de bacheo, recarpeteo, corrección de drenajes reventados y una buena señalización y semáforos para corregir los problemas viales.