El caso del futbolista del América Renato Ibarra, detenido y en prisión por golpear a su pareja, podría haber sido un castigo ejemplar en estas fechas. Pero se ha convertido en el peor de los casos que puede ocurrir cuando se habla de violencia de género.
No sólo por los golpes y agresión verbal que Renato propinó a su mujer. Lo peor de todo es que, aconsejada por su abogado o por interés propio, ella está a punto de retirar la demanda contra su agresor.
Un caso muy común, lamentablemente, cuando el agresor tiene poder económico, político o de cualquier otro tipo, poder que ejerce en contra de su víctima.
También es común una pregunta que revictimiza a la mujer:
La mujer que perdona, ya lo haga por proteger a sus hijos, por no crearles resentimientos, por interés económico o por cualquier otra razón, esta mujer´¿también es culpable o su acto es solo una muestra de generosidad?