Culiacán, Sin.-Los principales cárteles del narcotráfico, que han ensangrentado el país con sus confrontaciones, acordaron en diciembre pasado una tregua indefinida que ha tenido alcance nacional y se refleja en una relativa disminución de balaceras, enfrentamientos, matanzas y ajustes de cuentas, reveló en su edición del domingo 11 de enero el semanario local Ríodoce, que se dedica prioritariamente a temas del narcotráfico.
La información, publicada bajo el título de “Pactan los narcos. La Sedena lo promueve y el Cisen lo registra”, sostiene que el cese al fuego se pactó “para recuperar el control del tráfico de enervantes que, debido a su concentración en la guerra, estaban perdiendo” los cárteles.
Además, se estableció que cada organización “cobraría los ajustes de cuentas” que tenía pendientes antes de llegar a este acuerdo.
Durante un recorrido que Proceso realizó del 14 al 21 de enero por los municipios de Culiacán, Navolato y Badiraguato, constató que en estas localidades el Ejército no realiza patrullajes y quitó los retenes, con excepción de uno, cercano a la caseta que está a la salida de Culiacán, por la carretera internacional que lleva al límite entre Durango y Sinaloa. Justo el llamado Triángulo Dorado del narcotráfico.
Desde el mes pasado, en calles, plazas, taxis, restaurantes, hoteles y comercios se habla de esa negociación entre los jefes de los cárteles.
Para los lugareños, esto se hizo evidente el 24 y el 31 de diciembre, cuando dejaron de escuchar los disparos de cuerno de chivo a los que están acostumbrados.
Los enfrentamientos por el control de esta plaza, al igual que de las correspondientes a otras ciudades y estados, como Tijuana, Chihuahua, Durango, Michoacán, Guerrero, Zacatecas, Baja California y la Ciudad de México, se recrudecieron a partir del 30 de abril de 2008, cuando los hermanos Beltrán Leyva se escindieron del cártel de Sinaloa y pactaron con Vicente Carrillo Fuentes, aliado de Los Zetas. Estas tres organizaciones, al igual que los Arellano, combatían al cártel de Sinaloa.
Esta guerra, que aparentemente entró en una tregua después de casi ocho meses de ejecuciones y enfrentamientos, el año pasado dejó un saldo de 5 mil 500 ejecuciones en el país, mil 156 de ellas en Sinaloa.
|