Luego de que semanas atrás las redes lo enfermaron de covid 19, reapareció rozagante y luciendo una inusual melena el ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, como invitado en el programa de su carnal Ricardo, el número 66 por cierto.

Franco y echado pa delante, como se jactaba en su sexenio, el empresario habla de todo y de todos, pero sin duda su voz se transforma cuando aborda el tema de la Guardería ABC, esa tragedia que al final selló el destino de Sonora y de él mismo.

Eduardo Bours compartió este pasado lunes: “Me acuerdo que llegó una gente de México y me dijo: Gobernador, lo que pasa es que usted está dando la cara, usted lo que tiene que hacer es que otra gente dé la cara y manejar un bajo perfil para que no sea usted el señalado”.

El exgobernador comentó que la repuesta a su interlocutor fue en estos términos: “Y a qué horas me voy a dejar de llamar Eduardo Bours, yo soy el responsable y yo voy a dar la cara, pues cómo que voy a mandar a alguien, no”.

No dijo algo nuevo sobre el caso, pero retomé esta parte porque tras la derrota de su delfín, Alfonso Elías Serrano, se abrió un debate sobre las causas del descalabro electoral, que sectores de la opinión pública le atribuyeron al incendio del 5 de junio aunque hay matices.

En mayo de ese candente 2009, la elección fue el 7 de julio, Roy Campos de Consulta Mitofsky estuvo en Hermosillo para asegurar que el vaquero le llevaba 16 puntos porcentuales a su primo Padrés y que solamente un evento extraordinario podría revertir esa ventaja.

Las pretensiones del Siguiente Nivel quedaron para la historia. Pero si bien es cierto que el caso ABC influyó en el ánimo del votante, soy de los que piensan que también influyó –incluso más- el manejo comunicacional de la crisis que se operó desde el gobierno estatal.

En un principio fueron la Secretaría de Salud y la Procuraduría quienes informaban, pero luego Bours asumió el mando y protagonizó enfrentamientos verbales con las autoridades del IMSS y el titular de Gobernación que desgastaron su figura, la principal fortaleza del vaquero.

Meses después abordaba el punto con una persona que colaboró en la Secretaría Técnica, quien en el recuerdo confirma lo dicho por el ex gobernador de Sonora: que “mandó por un tubo” a los asesores que vinieron a aconsejarlo desde varios puntos del país y del extranjero.

Le alegué que si cómo era posible que tal yerro hubiera ocurrido en esas alturas del poder. Lo que me contestó me dejó absorto: “La única conclusión que saco de esta experiencia, es que nadie sabe más que un gobernador en su último año de gobierno”."

"Otra vez le salió lo ciudadano”, reviré para zanjar el episodio.

O lo que es peor, el carácter temperamental, pensé para mis adentros en aquella tarde de conjeturas.