Miami, EU.-Gran parte del mundo se paraliza una vez al año para ver un partido de fútbol americano, el Super Bowl, una ocasión para que el deporte más genuinamente estadounidense amplíe sus fronteras.
El Super Bowl se ha convertido en un ritual que cada año paraliza a Estados Unidos y extiende sus tentáculos a millones de personas en todo el mundo.
Nuevamente la señal televisiva llegará el domingo a más de 200 países y será reproducida en 32 idiomas de los cinco continentes, aunque términos como yardas, quarterbacks y touchdowns resultan de poca comprensión para muchos fuera de Estados Unidos.
El rimbombante show, que tendrá el domingo como protagonistas a los Pittsburg Steelers y los Arizona Cardinals en la ciudad de Tampa, extenderá el magnetismo a ávidos espectadores en otros países.
En Europa, muchos de los fanáticos de las las poderosas ligas de fútbol ("soccer") en España, Italia o Alemania no están dispuestos a ver un encuentro que los tendría despiertos hasta altas horas de la madrugada por la diferencia horaria.
Y menos por un deporte que no entienden.
Quizás la excepción en el Viejo Continente sea Londres, la capital británica, donde el “football” gusta y existen muchos practicantes.
Las autoridades de la liga norteamericana (NFL) han estado coqueteando en los últimos años en el afán de ubicarlo como trampolín hacia otras naciones.
El estadio Wembley, donde el pasado octubre se celebró el primer partido de la NFL fuera de Estados Unidos, es considerado por las autoridades de la liga norteamericana como el lugar ideal para recibir el Super Bowl en un futuro no lejano.
"Hay una iniciativa para que el Super Bowl se juegue en Londres y vamos a estudiarla", afirmó Roger Goodell, comisionado de la NFL y principal estratega de que la disciplina llegue y se consolide en otras partes del mundo.
De hecho, las emisoras británicas “BBC” y “Sky Sports” trasmitirán en vivo el choque entre los Pittsburg Steelers y los Arizona Cardinals.
México, que ya tuvo un partido regular de la NFL hace tres años, es también el país con mayores simpatizantes y jugadores de la disciplina en el continente americano.
En el Distrito Federal y en varios estados se anuncia con bombos y platillos la transmisión en vivo del partido en pantallas gigantes, mientras los organizadores en Tampa aseguran que de las 141 organizaciones internacionales de medios de comunicación acreditadas, Japón y México son las de mayor presencia en el certamen.
Durante el Super Bowl, los asiáticos están envueltos en sus festividades por el nuevo del año lunar, pero aún así el contacto con Occidente ha incrementado el gusto por el singular evento, sin que exista la euforia y el interés que despierta un evento como el Mundial de fútbol.
Pero la presencia de turistas o residentes norteamericanos y de estudiantes asiáticos que se han vinculado con la cultura de ese deporte sirve de excusa a la difusión del partido, aunque la mayor dificultad radica en que el encuentro se celebra en plena jornada laboral del lunes por la diferencia de 12 horas en varios de esos países.
En Australia, la presencia de Ben Graham en la escuadra de los Cardinals ha creado una euforia nacional por el partido en los medios de prensa escritos o digitales y en las emisoras de radio y televisión.
Graham, quien jugó 11 años en la liga de su país, es el primer australiano en asistir a un Super Bowl y el cuarto en competir en la NFL, lo que ha hecho que se publiquen muchas informaciones en los diarios australianos y se incrementen los índices de audiencia de los programas relacionados con el histórico evento.
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